Morata, el vacío del capitán sin gol

El equipo se entrenó en Las Rozas y allí ofreció las ruedas de prensa. A la salud habitual del entorno del equipo nacional le falta por primera vez la piedra angular que, cada vez que ha podido, ha nombrado y reconocido Luis de la Fuente. Falta Morata, el capitán sin gol.

Morata ha representado en el periodo de mando de Luis de la Fuente una especie de argamasa para unir todas las piezas del vestuario y, en especial, el colectivo de futbolistas que ha citado en cada competición el técnico de Haro. No hay debutante en la selección que no hable maravillas del papel del delantero como elemento vertebrador de la convivencia. Según la ley Morata, los novatos tienen que cantar ante sus compañeros a modo de presentación en un motivo para romper el hielo.

Durante la Eurocopa triunfal de Alemania en 2024, De la Fuente tuvo que salir a puntualizar que Morata era también fundamental por su juego y su trabajo en defensa cuando, en cada intervención ante los medios, sus compañeros destacaban en el delantero itinerante sus cualidades para hacer piña, unir al grupo e impedir que algún futbolista se extraviase del objetivo común.

El último ha sido Jesús Rodríguez, extremo del Como italiano, compañero de Morata y debutante en la anterior ventana de selecciones internacionales: «En ambas convocatorias los compañeros me han acogido de manera excepcional, increíble. En la primera convocatoria tuve la ayuda de Álvaro Morata, que me ayudó muchísimo. Él va a seguir trabajando, es un capitán y un referente», manifestó el andaluz.

Y el mismo mensaje le envió públicamente Luis de la Fuente cuando dio a conocer la lista ante Georgia y Bulgaria y no estaba el futbolista del que en alguna ocasión dijo «seremos Morata y diez más». «Es totalmente una decisión técnica. Álvaro Morata ha sido muy importante para nosotros, lo es y lo será. Que no esté en esta convocatoria es porque dentro del plan de partidos que hemos creado ante los dos rivales que tenemos, hay otros jugadores que nos aportan algo diferente que vamos a necesitar. Es importante y lo será en el futuro. Está en activo y seguro que va a hacer una campaña muy buena que vamos a celebrar todos».

Goleador discutible

Imprescindible como pegamento y asidero del coro, pero no determinante como delantero. Poco se suele hablar de su influencia en el juego o lo determinante que es como goleador. Morata ha marcado siete goles en 31 partidos a disposición de Luis de la Fuente desde que éste se hizo cargo de la selección después del Mundial de Qatar 2022. Fue titular 21 veces y no jugó en cinco encuentros. Sus registros goleadores son inferiores a otros jugadores: Oyarzabal ha anotado 11 goles en 26 partidos y Mikel Merino, ocho en 26.

El delantero madrileño es el cuarto mejor goleador de la historia de la selección española. David Villa es incuestionable como líder, 59 tantos en 98 partidos, a una media de 0,60 tantos por encuentro. Le siguen Raúl, 44 en 102 (0,43 de media), y Fernando Torres, 38 en 110 (0,34). Morata continúa en la lista, 37 en 87 (0,42), por delante de David Silva, 35 en 125 (0,28).

Polémico con el balón en los pies y discutible como finalizador de jugadas en la selección española, Morata se impone sin embargo en el terreno afectivo. Todos sus compañeros armaron una coraza para proteger al capitán, que había salido desde el banquillo y falló el penalti determinante ante Portugal en la final de la Nations League que España perdió en junio. Incluso Cristiano Ronaldo se acercó hasta el delantero para consolarlo, puesto que se quedó hundido en el estadio del Bayern Múnich.

«Igual que me tocó levantar la Eurocopa, me toca ahora mismo fastidiarme», trató de animarse Morata, quien, en una reedición de sus pensamientos, volvió a deslizar que podría no jugar más con la selección, circunstancia que no se ha cumplido.

Las personas que conocen a Morata en el interior de la selección hablan de un tipo extrovertido en las distancias cortas, buen conversador, interesado en el mundo que le rodea, generoso pese a ser futbolista y solidario con las personas. Un tipo fraternal al que le ha fallado el gol.