Miguel Reina, del balón a las fichas del dominó
Mítico portero del Barça y el Atleti, Reina, ya jubilado, trabajó de agente comercial tras su retirada y fue concejal en Córdoba por un tiempo
Cuando se habla de esta generación de internacionales, que ha hecho soñar y vibrar a todo un país, los nombres que sobresalen son los de Nico Williams y Lamine Yamal. Dos jóvenes precoces que entienden que el fútbol es un juego y por eso lo disfrutan. Se nota en el campo, en su lenguaje corporal, en el atrevimiento, que más allá del acierto o el fallo es un elemento clave de su juego. A sus 22 años recién cumplidos –llegó a Alemania con 21–, el extremo del Athletic ha deslumbrado con sus actuaciones. Vertical, incisivo, descarado, rápido, hábil con el balón y con un cambio de ritmo endiablado, el navarro no ha parado de descoser defensas rivales y de asistir a sus compañeros. Incluso marcó un golazo contra Georgia que dio la vuelta al mundo. Pese a su corta edad y apenas tres temporadas en la élite, el menor de los hermanos ya ha disputado un Mundial, una Eurocopa y contabiliza 21 partidos con España.
Junto al rojiblanco, con contrato hasta 2027 y sometido al bombardeo continuo de los cantos de sirena de algunos de los clubes más poderosos del mundo –el Barcelona no es que mande señales de humo, trabaja directamente con incendios–, Lamine Yamal arrebata con su fútbol alegre y atrevido. Acaba de cumplir 17 años, una auténtica barbaridad que convierte a este chaval en uno de los máximos exponentes de las ambiciones aristocráticas de la selección. Acumula 15 partidos con La Roja, una final de la Eurocopa incluida, y a más de uno se le cayó la cerveza con el golazo que marcó a Francia. Le pincharon –Rabiot le menospreció en la previa– y les hizo sangrar.
Llegará al Mundial de 2026 con 18 primaveras, el mejor ejemplo para ilustrar su margen de mejora y el del equipo. Pedri, Gavi, Fermín, Baena... Pero la juventud y el futuro de España van mucho más allá de Nico y Yamal, aunque las luces busquen a los extremos para alumbrarles como puntas de lanza de un proyecto ilusionante. En la selección también están Pedri (21 años), Fermín (21) y Álex Baena (22), sin olvidar al lesionado de larga duración Gavi (19), quien llegó ayer a Berlín y apoyó a sus compañeros desde la grada. Y luego están los Ferran Torres (24), Vivian (25), Cucurella (25) y Zubimendi (25), entre otros, todos ellos partícipes de una experiencia que les hará crecer y convertir en jugadores mejores con vistas a los futuros campeonatos. Además, han tenido minutos en Alemania, algunos más y otros menos, integrados de esta manera en el éxito colectivo.
A este amalgama de juventud extrema y sangre caliente se unen también jugadores con mucho recorrido como Dani Olmo (26), Unai Simón (27), Le Normand (27), Oyarzabal (27), Mikel Merino (28), Rodri (28)... Están hechos para alcanzar objetivos nobles y con la gestión del seleccionador, un De la Fuente alejado de polémicas, estridencias y choques frontales con el mundo, esta España y la que viene trabajarán con sueños, ilusión y éxito.