Un marcapasos cerebral personalizado reduce los síntomas en pacientes con Parkinson

Hace décadas que para frenar los trastornos de movimiento asociados al Parkinson se utiliza la estimulación cerebral profunda. La técnica, que se basa en la implantación de electrodos en áreas específicas del cerebro, consigue, en combinación con fármacos, mitigar algunos de los síntomas derivados de la enfermedad neurológica, aunque tiene limitaciones.

Una nueva investigación cuyos detalles se publican en el último número de Nature Medicine allana el camino para optimizar sus beneficios. Según sus datos, una estrategia que permite 'personalizar' la estimulación en función de las señales de cada paciente logra mejorar los resultados del abordaje convencional.

Generalmente, en casos de Parkinson, la estimulación cerebral profunda se lleva a cabo siguiendo un protocolo estandarizado, constante, que no responde en cada momento a las señales cerebrales del paciente o a los niveles de dopamina aportados por la medicación habitual. Esto, en ocasiones, provoca efectos secundarios no deseados. La nueva técnica, una suerte de marcapasos cerebral, en cambio, permitiría una estimulación ajustada a la actividad cerebral y las necesidades del enfermo, según señalan en la revista científica sus creadores, liderados por Philip Starr investigador de la Universidad de California en San Francisco (EEUU). De momento, han probado la utilidad de la estrategia en cuatro pacientes.

En un primer paso, a estos cuatro enfermos de Parkinson se les implantaron electrodos capaces de registrar su actividad cerebral. Se tomaron datos de sus señales cerebrales, tanto en casa como en el hospital, a la vez que se monitorizaban los síntomas de la enfermedad con la ayuda de relojes inteligentes y diarios completados por los propios pacientes.

Con esos datos en la mano, los investigadores fueron capaces de identificar señales en el núcleo subtalámico y la corteza motora que se asociaban con síntomas motores de la enfermedad así como con los niveles de dopamina. Esos biomarcadores, posteriormente, se emplearon para personalizar y ajustar la estimulación cerebral profunda que se aplicaba a los pacientes en su rutina diaria. Al comparar los resultados del abordaje personalizado con los de la intervención convencional, los datos mostraron un claro beneficio de la técnica innovadora.

Para saber más

La estimulación adaptada logró mejorar en un 50% los síntomas que los pacientes habían descrito previamente como los más molestos. Además de los resultados registrados por los dispositivos electrónicos utilizados en la investigación, tres de los cuatro pacientes estudiados señalaron una mejoría en su calidad de vida.

Combinación de técnicas

El nuevo abordaje es el resultado de una combinación de avances logrados tras años de investigación. En 2018, el equipo de Starr consiguió desarrollar un sistema capaz de ajustar la estimulación a diferentes biomarcadores y, posteriormente, logró crear una forma de monitorizar la actividad cerebral en pacientes mientras llevaban a cabo sus rutinas habituales.

Aunando ambas innovaciones, el nuevo sistema permite registrar la actividad cerebral y llevar a cabo la estimulación cerebral profunda a través de impulsos eléctricos en función de esos parámetros monitorizados.

"Ha habido un gran interés en lograr mejorar la terapia de estimulación cerebral profunda y convertirla en adaptativa y autorregulable, pero hasta hace poco los métodos y las herramientas correctas no estaban disponibles para que los pacientes pudieran usarlo en sus hogares", ha señalado Starr en un comunicado distribuido por la Universidad de California.

"El principal cambio que hemos conseguido con esta estimulación cerebral profunda adaptativa es que hemos sido capaces de detectar, en tiempo real, en lugar del espectro de síntomas en el que está el paciente y ajustar eso con la cantidad exacta de estimulación que necesita", ha añadido en el mismo comunicado Simon Little, miembro de la Unidad de Neuromodulación y Trastornos del Movimiento de la Universidad de California en San Francisco que dirige Starr y uno de los principales firmantes del trabajo.

En la revista científica, los investigadores señalan que los resultados de su trabajo son prometedores, si bien se necesitan estudios con más pacientes que confirmen sus resultados.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología, el Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa y crónica que afecta, en España a entre 120.000 y 150.000 personas. Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente en nuestro entorno, solo por detrás de la enfermedad de Alzheimer.

No se conoce el origen de la enfermedad, que provoca que las neuronas, fundamentalmente las que producen el neurotransmisor dopamina, se degraden o mueran de forma progresiva. El descenso en los niveles de dopamina es lo que provoca los problemas motores y otros síntomas asociados al Parkinson.