La Corte Penal Internacional, por otro lado, está investigando al régimen por las violaciones de derechos humanos durante las protestas a raíz de los comicios del pasado 28 de julio. Otros organismos como la ONU o la Corte Interamericana de Derechos Humanos han puesto de manifiesto los retrocesos en materia democrática bajo la que está sumida Venezuela.
Pero, no es la primera vez que la oposición venezolana trata de sacar a Nicolás Maduro del poder, otros opositores —como Juan Guaidó— lo intentaron sin éxito, sin embargo, esta vez es diferente.
El incumplimiento por parte del régimen del Acuerdo de Barbados, firmado por el Gobierno de Maduro y la oposición en el que se garantizaban los derechos políticos y el proceso democrático de las elecciones, algo que no se ha cumplido al impedir que la legítima ganadora de las primarias, María Corina Machado — unas primarias autogestionadas porque no fueron monitorizadas por otros partidos, dado que la candidata estaba inhabilitada por el Consejo Nacional Electoral (CNE)—, se presentara a dichos comicios.
A su vez, el fraude se acentúa porque no ha presentado las actas que acreditan a Nicolás Maduro como legítimo presidente de Venezuela, no obstante, la oposición sí que ha podido demostrar que Edmundo González ha sido el presidente electo por los venezolanos.
Anteriormente, el Parlamento Europeo reconoció a Juan Guaidó (41 años) en 2019 como presidente legítimo de Venezuela. La razón detrás de este movimiento es porque fue elegido presidente de la Asamblea Nacional en 2019 y, como la reelección de Maduro en 2018 se consideró fraudulenta por lo que los diferentes gobiernos no reconocían al dictador como legítimo presidente, Guaidó se erigió, con la Constitución en la mano, como presidente interino de Venezuela. Pero, pese a contar con el reconocimiento de Estados Unidos y de medio centenar de países, su liderazgo se fue desdibujando y terminó por exiliarse, permitiendo a Maduro perpetuarse en el poder.
En cambio, el caso de Leopoldo López, que llegó a estar encarcelado de 2014 a 2018, nunca llegó a estar reconocido internacionalmente. No obstante, apoyó a Guaidó en su reclamo, pero también tuvo que exiliarse.
En definitiva, la oposición venezolana no quiere que se repita lo que ya sucedió con Juan Guaidó y el apoyo internacional ha querido ser más cauteloso a la hora de presentar una presión uniforme y firme.