El mayor caso de abuso infantil de la historia de Estados Unidos

Sencillamente se trata del mayor caso de abusos infantiles de Estados Unidos, promovido, programado y llevado a cabo por el Gobierno de Estados Unidos». La frase cae a plomo en el documental Separated de Errol Morris. La pronuncia un funcionario del Gobierno que accedió a hablar ante la cámara pese a la advertencia en contra de sus superiores. Jonathan White fue subdirector de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR) para los Niños Extranjeros No Acompañados (UAC). Lo fue durante el periodo en el que la administración de Donald Trump decretó la política migratoria que atendió al nombre de «tolerancia cero». El punto nodal consistió en separar a miles de niños migrantes (se calcula que 5.000) de sus padres en la frontera sur. El razonamiento era sencillo. Despiadado, pero simple: al infligir semejante trauma a las familias (la mayoría de ellas procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras), el Gobierno pretendía disuadir a otros de viajar a Estados Unidos en busca de asilo. «Dijeron que era disuasión, pero no lo creo. Tampoco creo que la pena de muerte sea disuasoria para los delitos violentos», comenta el propio Morris.

La película apareció en Venecia con la contundencia con la que suelen aparecer los trabajos del director de clásicos del género como The thin blue line o Rumores de guerra. Basada en el libro del periodista Jacob Soboroff, que documentó la aplicación de la ley de marras primero día a día en su trabajo para la NBC y luego en el texto editado en 2020, la película mezcla las declaraciones de los funcionarios y las víctimas con la reconstrucción ficcionada de lo sucedido. «Quiero pensar que la combinación de elementos documentales, periodísticos y ficticios es parte de mi estilo. La pregunta es qué es la verdad. Y no se trata de ofrecerla sin más. Las películas deben hacerte pensar sobre ella. En Separated, ofrezco formas de pensar la política y la propia verdad, pero nunca me permito la arrogancia de entregar la verdad per se en bandeja de plata», explica para poner distancia con lo que dice que es una de las críticas más frecuentes a su obra. Lo cierto es que la contundencia y exhaustividad con la que avanza la cinta deja pocas opciones para nada que no sea la indignación más profunda y evidente.

Separated no es el enésimo alegato contra Trump. O no solo. Como se deja claro, las políticas de inmigración de las distintas administraciones anteriores a la del republicano prepararon el terreno. Bill Clinton buscó la prevención mediante políticas llamadas de disuasión y empujó a los migrantes a partes más peligrosas y mortales de la frontera, lo que dio como resultado unas tasas de mortalidad escalofriantes. Al crear el Departamento de Seguridad Nacional, George W. Bush aumentó enormemente el tamaño y el alcance de la Patrulla Fronteriza. Y en el transcurso de los dos mandatos de Obama, se deportó a más personas que bajo cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos.

«Está claro que nadie quiere hablar del asunto. Tampoco los demócratas. Tienen demasiado miedo. Trump sólo habla de inmigración para demonizar a la gente que podría estar entrando al país. Para él, los inmigrantes son todos criminales, violadores, asesinos, lo cual, por supuesto, estadísticamente, es completamente falso. El resultado es que no hay conversaciones realmente inteligentes en marcha. E incluso cuando las hay, son boicoteadas. Los republicanos y los demócratas llegaron a un acuerdo y Trump encontró una manera de sabotearlo... Pero más allá de todo, lo que está claro es que estas políticas de separar a los niños de sus padres no surgieron de una administración demócrata. No surgieron ni con Obama, ni con Clinton, ni con George W. Bush. Surgieron de Trump», concluye.

¿Pero es lícito hablar de abusos? ¿No se caer así en el tremendismo que proscribe la conversación inteligente que echa de menos?
Hablamos de secuestrar a un niño y arrebatárselo a su madre. ¿Hay otro nombre para eso que no sea abuso? No es disuasión como se dijo, es golpear a la gente pobre e indefensa sin más. ¿No es eso abusar?