La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), también había sido invitada a dialogar hoy, pero rechazó la invitación. Y Mathilde Panot, portavoz del partido mayoritario entre las izquierdas, declaró: «No tenemos nada que discutir. Bayrou y Macron deben marcharse, para poder elegir otro presidente y otro gobierno».
Esta martes Bayrou debe recibir a Marine Le Pen, fundadora de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), acompañada de su presidente, Jordan Bardella. Ayer Le Pen no dejó margen de negociación: «No veo otra solución que la disolución de la Asamblea Nacional y la dimisión del presidente. Si obtuviésemos mayoría parlamentaria, entonces, aplicaríamos nuestro programa, en los antípodas del macronismo». Los sondeos afirman que la extrema derecha tiene más intenciones de voto que toda la izquierda junta.
Apoyo del centro-derecha
Bayrou prevé entrevistarse la tarde de este martes con media docena de líderes de pequeños partidos de centro-derecha, más o menos próximos a Macron: Bruno Retailleau, ministro del Interior y líder de Los Republicanos (LR, derecha tradicional), Gabriel Attal, ex primer ministro de Macron y presidente de un grupúsculo centristas, Édouard Philippe, ex primer ministro de Macron y líder de otro grupúsculo centrista, deberán confirmar su apoyo a la estabilidad del Gobierno para evitar el caos. Juntos, sin embargo, no tienen mayoría.
Esas y otras consultas parecen confirmar un vía crucis peligroso para el futuro político de Bayrou. Son muy mayoritarias las fuerzas que desean censurar al Gobierno el día 8.