Blair y Aagesen

El informe ha sido muy criticado por su oportunidad: sus tesis abren espacio a los planteamientos de Reform UK, el partido de Nigel Farage que arrasó en las elecciones locales y complementarias del viernes, y que sostiene que el objetivo de 'cero emisiones netas' es una conspiración del progresismo globalista para empobrecer a la gente. Pero, más allá de este desacierto, y de lo incómodo que resulte para la vicepresidenta Aagesen («España será verde o no será», ha dicho con el estilo de un predicador protestante o un agitador marxista) que el líder de la 'tercera vía' adopte esta posición tan matizada no les viene nada bien a los fanáticos y extremistas.

Las primeras líneas del informe son una colleja para los que han transformado en alarmismo el clima: «La gente sabe que el debate actual sobre el cambio climático está plagado de irracionalidad. Como resultado, aunque la mayoría acepta que es una realidad causada por la actividad humana, se alejan de la política del problema porque creen que las soluciones propuestas no se basan en buenas políticas».

Blair puede carecer del don de la oportunidad y se ha equivocado en cuestiones importantes (como la guerra de Irak), pero su instinto político -sobre inmigración, sobre la IA, en política identitaria o cómo contrarrestar el populismo de izquierda y de derecha- sigue siendo valioso. Su advertencia de que las políticas opacas de cero emisiones impulsan el populismo es cierta. Por ejemplo: ¿Sabe usted cuántas subvenciones reciben las instalaciones fotovoltaicas?

Starmer, el actual primer ministro, tiene a su propia Aagesen en el gobierno: el secretario de Cambio Climático, Ed Miliband, que, como aquí, promete energía barata (era lo que estaban haciendo hasta el lunes 28) y una reducción drástica de emisiones para 2030. Todo esto contrasta con una Alemania donde en 2024 se siguieron vendiendo mejor los coches diésel (diésel, no híbridos) que los eléctricos, un verdadero corte de mangas a la amenaza de prohibir los motores de combustión en 2035. Entre tanto, aquí seguimos aferrado al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), un texto que bebe de una Green Deal que ya ha caducado. jmuller@abc.es