Ana Peleteiro: "Si gano el oro, bailaré orgullosa con la bandera de España... y al que no le guste, que no mire"

Desde el oro europeo hasta los Juegos, has sido la deportista española más solicitada de largo. ¿Estás un poco harta?
Bueno, no considero que esta atención que despierto sea algo nuevo. Ha sido un proceso de crecimiento bastante orgánico a lo largo de los últimos años. Desde 2019 ha ido creciendo poco a poco y el hecho de que no haya estallado de la noche a la mañana me permite gestionarlo mejor y que no me abrume, pero es cierto que a veces piensas que todo el mundo se ha vuelto un poco loco.
¿Supone una presión extra?
A mí, no. Lo estoy gestionando bien porque, al fin y al cabo, empecé en este mundo llamando la atención desde muy joven y ahora tengo los pies en la tierra. Sé perfectamente que el deporte no dura toda la vida, que esta fama es bastante efímera y que hoy me quieren porque soy joven y salto mucho, pero mañana me dejarán de querer y de prestar atención. Está bien, la vida es eso, ¿no? Estos momentos hay que disfrutarlos y aprovecharlos porque no duran para siempre. En ese sentido, soy bastante sensata y me dedico a hacer lo que más me gusta, disfrutarlo y, si de vez en cuando puedo dar algún que otro ejemplo en lo que a valores se refiere, pues lo doy de una forma natural y consciente.
¿Tienes un plan formado a largo plazo?
Sí. Mis padres siempre me han educado así y fueron los primeros en apoyarme para que me tomara mi deporte como mi trabajo y, luego, para que me introdujera en el mundo empresarial. Por desgracia, el deporte tiene fecha de caducidad y hay que tener siempre un plan B porque la fecha de caducidad no la pones tú, la ponen tu cuerpo o tu mente. Me da tranquilidad aunque la gente crea que me da mucho curro y me puede distraer tener que estar pensando en tantas cosas que no son el atletismo. Bueno, pueden estar tranquilos, soy capaz de hacer varias cosas a la vez. Así sé que si alguna temporada las cosas no van bien o tengo que parar como cuando estuve embarazada, mi economía y la de mi familia no se van a ver afectadas.
¿En cuántas cosas andas metida aparte del triple salto?
En 2020 abrí en Vigo una clínica de podología y biomecánica de Podoactiva junto con mi prima, que es la directora jefa, y ahora estamos a punto de inaugurar otra en A Coruña, que sabemos que lo va a petar porque la gente tiene muchas ganas de entrenar con nosotros. Luego tengo mi empresa personal de temas de imagen y publicidad. Y también soy socia de un club de e-sports, Lúa Gaming, que estamos en primera división en varios juegos.
Para saber más

¿Eres gamer?
Qué va, soy un desastre, pero como negocio va muy bien. Me van surgiendo oportunidades y me vuelco con las que considero que tienen potencial aunque empiece de cero. Me gusta apostar, la verdad.
Como cantaba Shakira: las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan.
Exacto, ya nos toca. Creo que no es una cuestión de machismo o no machismo, simplemente los hombres han tenido más opciones de trabajar en empresas que las mujeres a lo largo de la historia y eso ha cambiado. A lo mejor a las mujeres ya no nos apetece quedarnos en casa atendiendo a la familia de otra forma y dedicarnos al 100% a dar un soporte. Queremos continuar con nuestra carrera profesional de la misma forma que vosotros, o lo más parecida posible, y nuestros maridos o compañeros de vida nos apoyan. Antes no estaba tan bien visto, pero gracias a Dios estamos evolucionando y hay mujeres empresarias maravillosas demostrando que somos 100% competentes también en esto. Soy feminista, el feminismo es una corriente maravillosa, pero no soy una mujer hater de los hombres ni me gusta demonizarlos. He crecido rodeada de hombres maravillosos y para nada los veo como el enemigo sino todo lo contrario, son el mejor aliado para seguir avanzando hacia la igualdad real.
Tras ser madre en 2022, has vuelto a tu nivel anterior o, incluso, superior. ¿Cómo lo has logrado?
Ni idea, tío. Currando mucho y cruzando los dedos. En el mundo de la maternidad se va fluyendo [risas]. Dependes de tantos factores... De repente, tu hija coge un virus, nos lo pega a todos en casa y afecta a tu rendimiento, pero a la vez también te da una fuerza extra que hace que si te juegas una medalla en el último salto, sacas 10 centímetros más de debajo de la tierra porque te has esforzado tanto y has pasado tantas noches sin dormir que el cansancio de una competición ya no te afecta de la misma forma. Hay factores positivos y negativos, pero con un buen equipo detrás hemos demostrado que es posible volver a la élite.
¿Nunca dudaste?
No. Obviamente, un embarazo te para durante unos meses, pero ya se puede entrenar durante el embarazo y trabajar la fuerza para, al menos, no acabar con una forma física deplorable. Eso hace que te cueste un poquito menos volver a la actividad física y al alto rendimiento. Se puede y si yo sirvo de ejemplo a otras mujeres, encantada de que cojan mi caso como motivación. No he hecho nada que otra persona no pueda hacer. Simplemente le he puesto más empeño, tengo un equipo detrás que me soporta y las cosas han salido bien.
En estos Juegos hay guardería en la Villa Olímpica, pero has decidido dejar a tu hija Lúa con tus padres en Galicia.
Sí, aunque me ha costado muchísimo la separación, es lo mejor para las dos. Para mí, porque me permitirá desconectar de todo totalmente para dar lo mejor de mí. Para ella, porque se lo va a pasar teta con sus primos en la playa y no se va a dar ni cuenta.
Tienes un punto Jekyll y Hyde. Eres majísima en el trato, pero cuando te pones seria tienes una mala hostia del 'carallo' y das un poco de miedo. ¿Cuál domina?
A lo largo de mi vida siempre me ha pasado esto. A la gente que no me conoce bien le doy sensación de ser borde, flipada o arrogante, pero en confianza soy todo lo contrario. Lo que pasa es que tengo un carácter muy fuerte y a veces parece que molesta que una mujer tenga las cosas muy claras y las diga sin dar mil rodeos y sin pedir perdón. Eso puede hacer que haya quien no se sienta lo suficientemente a gusto o seguro como para empezar una conversación. Bueno, ahí no puedo hacer nada, pero de verdad que soy una tía muy maja [risas].
¿También en la pista?
Soy muy competitiva y me gusta recrearme. Mi forma de vivir ese momento a tope es gritar y hacer gestos que a lo mejor pueden parecer retadores y que algunos se preguntarán: "¿Qué hace esta?". Es mi manera de funcionar mejor y no significa que no me guste tener buena relación con mis rivales, aunque lo cierto es que en el mundo del atletismo tengo tres amigas: Yuli [Yulimar Rojas, absoluta reina del triple, compañera de entrenamientos de Ana y baja en París por lesión], la francesa Rouguy Diallo y la cubana Liadagmis Povea. Me llevo bien con muchas otras, pero la verdad es que que amistad como tal... tampoco. Y últimamente me siento súper a gusto con el equipo nacional y estoy haciendo grandes compañeros. No diría amigos porque me parece una palabra muy fuerte, pero me estoy abriendo un poquito más a la gente. Antes me costaba porque tenía miedo al rechazo y a no ser bienvenida, pero ahora confío en que soy buena persona, le hago bien a aquellos que están a mi lado y ellos me hacen sentir así también. Por lo tanto, me resulta menos difícil mostrarme como soy.
¿Cuánto te gusta que todo el mundo te mire?
Mucho, lo disfruto. Cuanta más gente está pendiente de mí, más me pone. Me gusta hacer el show cuando compito. Tal vez no sea la que más salta, pero me gusta que la gente disfrute viéndome. Que den palmas, que entren dentro del concurso y transmitirles lo que está pasando en ese momento. Forma parte de mi forma de ser montar el show dentro de la competición y la verdad es que la gente lo disfruta mucho. Todos aquellos que vienen a verme competir y no conocía el atletismo, repiten.

Te has propuesto hacer mainstream el atletismo en España.
Sé que es difícil, pero me encantaría porque el atletismo es un deporte brutal que en directo es mil veces mejor. Es maravilloso y en España está cogiendo un nivel brutal. Llevábamos muchos años sin tener tantas opciones de ganar medallas en unos Juegos Olímpicos y eso, quieras o no, atrae a la gente. Si en un deporte no hay grandes estrellas, no te enganchas a él. Yo he asumido últimamente ese rol y me encanta, pero llega una corriente de gente joven con muchísimas posibilidades de tener un gran éxito a nivel internacional y cada vez voy a estar más acompañada.
Naciste y creciste en Ribeira (A Coruña), tienes un acento gallego que ni Luis Zahera, vives en Guadalajara, presumes de España a la mínima... y cada vez que lo haces recibes ataques discutiendo tu españolía.
No sé por qué será... ¿Me ves algo diferente a los que me insultan? Cuelgas un vídeo bailando con la equipación de España y lees cosas que se te cae el alma a los pies. Mira, son comentarios de personas que ni saben quién soy ni se molestan en saberlo y lo único que intentan es hacer daño. Digo intentan porque la verdad es que no me ofenden. Conozco perfectamente mis raíces y no tengo por qué justificarme por ser española y negra. El mestizaje existe aunque les joda y hay deportistas de muchas razas e, incluso, no nacidos en España llevando la bandera de nuestro país a lo más alto y con el mayor de los orgullos. Como española, eso me parece increíble porque mi país es guay y los que han venido lo saben y les hace ilusión representarnos. Yo no noto ese orgullo en un nacionalizado por Bahrein, por ejemplo. Sin embargo veo a Jordan Díaz [triplista nacido en Cuba, nacionalizado español y clara opción de medalla] y está feliz de llevar la bandera de España.
Los haters se quejan de que sólo hablas de racismo y que ya cansa.
Y más que pienso hablar. Les cansa porque no les gusta lo que oyen, pero a mí me gusta hablar del racismo porque, mayoritariamente, el racista lo es por desconocimiento. Es algo que siempre me enseñó mi padre, que el racista casi nunca lo es porque tenga un problema mental y odie al diferente, sino porque a lo mejor no ha viajado suficiente o no tiene a nadie cerca que sea de otro país o se ha creído cualquier película de la ultraderecha. Y el miedo y la ignorancia crean rechazo. Eso nos pasa a todos, a mí la primera, pero ahora la sociedad está cambiando y las oportunidades de conocer al diferente se han multiplicado. Es el momento de nutrirnos, crecer, abrir la mente y hablar de ello. Así que hablaré todo lo que pueda porque es el camino más corto para educar al racista y, aunque me duela, en España hay racismo.
Esa afirmación, que España es racista, ha levantado ampollas.
Más lo siento yo, porque nada me gustaría tanto como que no lo fuera. Antes pensaba que éramos un país clasista y no racista, pero se ha visto que ambas cosas. Ser empático cuando no vives un problema en tus propias carnes es difícil y entiendo al que se ofende porque no es racista y le molesta oír que España sí. Seguramente tú no seas racista, pero eso no quiere decir que no exista; igual que decir que existe no implica que lo sea una gran mayoría. Cree a quienes lo sufrimos. Hay que luchar por los derechos de las mujeres, del colectivo LGTBI, de las personas racializadas... y para ello hay que verbalizar el problema. Para poder avanzar se debe hablar y se debe de hablar de experiencias reales de personas que realmente lo sufren. No nos escondamos en aquello de ojos que no ven, corazón que no siente.
¿Se deben mezclar deporte y política?
No es que se mezclen, es que el deportista es un ciudadano más con todo el derecho a expresar su opinión. Yo no puedo forzar a nadie a luchar por lo que considero que se debe luchar, pero si tengo un altavoz lo voy a utilizar para defender lo que creo justo, aunque he de decirte que creo que España va a empezar a cambiar. El cambio está más cerca y se ha visto con la selección de fútbol, con dos chavales negros como Nico Williams y Lamine Yamal que son hijos de inmigrantes, lo han petado a tope y la gente se ha volcado con ellos porque son españoles y son maravillosos. Joder, si es que es precioso eso. Es un mensaje muy poderoso y más ahora que esta corriente de ultraderecha tan peligrosa está tomando poder. Juntos somos más y mejores que ellos.
Primero la Eurocopa y ahora unos Juegos con posibles medallistas como tú, Jordan Díaz, Ray Zapata. Mohamed Attaoui, Reyes Pla... Algunos van a tener un verano complicado.
Ojalá y ojalá les sirva para abrir los ojos y empezar a pensar un poquito con la cabeza y no con el.... Con que usen un poquito la cabeza nos conformamos.
Aseguras que sólo piensas en el oro, pero firmamos cualquier medalla, ¿no?
He entrenado para ser campeona olímpica y eso es lo único que tengo en la cabeza: el oro. Pero, vamos, ser medallista olímpica otra vez sería maravilloso, tampoco me voy a poner estupenda. Estar aquí, después de ser madre y de este último año, ya es un regalo, pero soy una persona ambiciosa, muy competitiva y saldré a la pista a dejarme la piel por mí, por los míos, por España y por el oro. Como siempre hago.
Ana Peleteiro envuelta en la bandera y con el oro, ¿sería la venganza soñada?
Sería un mensaje poderoso, pero no soy una persona que se mueva por el odio y la venganza. Ya no. En otras épocas de mi vida sí he sido muy vengativa y no me ha traído nada bueno. Ahora estoy en paz. Prefiero guiarme por el amor de las personas que han estado conmigo y han creído en mí y disfrutar de unos Juegos Olímpicos de verdad, con toda mi familia que estará aquí. Es una oportunidad maravillosa para cumplir un sueño y ser un pelín más feliz. Ojalá se dé esa imagen y ojalá sea el inicio de un cambio social y de una mejoría, porque ya es hora de que dejemos de nutrirnos de odio.
Y a seguir bailando.
Por supuesto. Si gano, bailaré orgullosa con nuestra bandera y al que no le guste, que no mire.