Las calvas y las cabezas rapadas, mucho más vulnerables al sol que el cabello
Cómo cuidar la calva o la cabeza rapada en verano
La doctora Carolina López, especialista en tricología y medicina capilar en DEMYA equipo Bojanini, explica que «el sol también afecta al cuero cabelludo. No debemos olvidar que es piel, y sin la protección adecuada, se puede quemar e irritar. Es especialmente importante que se insista con la protección en zonas despobladas como la raya del pelo que, a menudo se olvida, y puede acabar quemándose. Este riesgo es mayor en varones con poca densidad capilar y/o con zonas despobladas de pelo, como la coronilla o entradas más o menos pronunciadas y, sobre todo, si tienen calvicie parcial o total. Exponer el cuero cabelludo directamente al sol, sin protección, puede provocar la aparición de quemaduras o daño solar, que con el tiempo pueden desarrollar lesiones dermatológicas como brotes de dermatitis, manchas solares que, incluso, pueden llegar a ser malignas, si no se detectan a tiempo».
De la misma opinión son los doctores de Hospital Capilar que señalan que «la piel de la cabeza se irrita con más facilidad que la del resto del cuerpo y, además, se encuentra expuesta a factores como los cambios hormonales o el envejecimiento, que nos predisponen aún más al daño del cuero cabelludo en cabezas rapadas o calvas. El sol, por su parte, puede generar lesiones como queratosis actínicas o carcinomas de tipo basocelular o espinocelular, frecuentes en la cara, así como otros riesgos como irritación, eritemas o heridas en el cuero cabelludo al pasar con frecuencia la maquinilla, especialmente en pieles sensibles».
Tanto si eres calvo, como si luces la cabeza rapada, es importante que siempre que estés expuesto al sol, ya sea en la playa o en la piscina, pero también realizando cualquier tipo de actividad en el exterior, te cubras la cabeza con gorras, gorros o pañuelos. Además, es aconsejable aplicar protección solar en la zona. La farmacéutica Helena Rodero, experta en cuidado capilar y facial, recomienda «usar en el cuero cabelludo el mismo protector solar que en el rostro. Es una zona que le llega mucha radiación solar y es muy común las lesiones pre-cancerosas». En cualquier caso, siempre es mejor optar por texturas ligeras, fáciles de absorber, que no dejen sensación grasa.
La protección es esencial para prevenir los daños en el cuero cabelludo, pero también son importantes los cuidados posteriores. El primero debe ser el lavado de la cabeza, para el que hay que elegir productos específicos, no sirve usar el gel del cuerpo o el jabón de manos. Rodero aconseja «usar un champú para lavar la calva y eliminar los restos del protector solar». Hay que elegir un producto que se adecúe a las necesidades personales.
El cuidado se completaría aplicando una crema hidratante ligera, que evitará la sequedad, tirantez y descamación que los rayos solares pueden provocar en el cuero cabelludo.