Los lugares con mayor incidencia previsible de este tipo de nuevas tecnologías descriptivas y generativas en el ámbito del mercado laboral son Madrid y Barcelona, donde la exposición supera el 21,5%. En el extremo opuesto se sitúan Soria, Zamora, Teruel, Cuenca y Palencia, con valores entre el 17,5% y el 18,5%.
Las diferencias se explican -según este análisis de la UPV- por el peso de las diferentes actividades económicas: las zonas urbanas y terciarizadas concentran más empleos susceptibles de ser transformados por la IA, mientras que las regiones con más agricultura, manufactura tradicional o construcción presentan un impacto menor.
El informe confirma que la transformación que viene de la mano de la IA está vinculada a «patrones productivos consolidados»: el corredor centro-mediterráneo (Madrid, Barcelona, Valencia, Alicante y Málaga), junto con Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, registra los niveles más altos debido al protagonismo del comercio, los servicios avanzados, la educación, la sanidad y el sector de la información.
Por el contrario, comunidades como Castilla y León, Castilla-La Mancha y Aragón muestran una exposición por debajo de la media nacional, justamento por lo contrario, una realidad económica con menor presencia de estos actores.
Más a las mujeres
Aparte de estos factores, este trabajo de la UPV subraya una brecha de género clara: el empleo femenino está entre 1,3 y 3 puntos porcentuales más expuesto a la IA que el masculino, e includo llega a superarse este margen en territorios muy terciarizados. Las mujeres se concentran en sectores con mayor aplicabilidad de la IA —educación, sanidad, servicios administrativos, comercio o actividades sociales— y están infrarrepresentadas tradicionalmente y en la actualidad en empleos menos expuestos, como la construcción, el transporte o las industrias extractivas.
Las provincias donde la IA tiene mayor impacto en el empleo femenino son Madrid, Illes Balears, Santa Cruz de Tenerife, Barcelona, Cantabria y Málaga, alcanzando donde se supera el 21,5%.
En el caso de los hombres, la exposición es menor. En provincias como Madrid, Las Palmas, Barcelona o Santa Cruz de Tenerife se sitúa en torno al 20-21%, mientras que en la España interior baja al 16,5-18%, debido al peso de la industria y la construcción.
Estos investigadores han destacado que su trabajo puede resultar útil como «una herramienta para anticipar desigualdades territoriales y planificar políticas laborales y de género, orientar programas de recualificación y apoyar políticas de transición justa».
El informe, elaborado por los investigadores Antoni Mestre, Xavier Naya, Manoli Albert y Vicente Pelechano del Instituto VRAIN de la Universitat Politècnica de València, ha sido presentado a representantes sindicales del Consejo Económico y Social de España (CES), la vicesecretaria general de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), Lola Navarro, en su condición de agente social de referencia en materia laboral, a senadores en las Cortes Generales de España, como Rocío Briones, y a la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant..
«En un momento en el que España está desplegando estrategias nacionales de digitalización e inteligencia artificial, como la Estrategia Nacional de IA (ENIA), o el PERTE de la Nueva Economía de la Lengua o planes de digitalización, contar con este análisis es necesario para asegurar una transición justa», ha puesto de relieve Antoni Mestre, en un comunicado de la UPV.
Sin olvidar, no obstante -a su juicio- que «la IA tiene el potencial de aumentar la productividad, mejorar servicios públicos y generar oportunidades de empleo cualificado, pero también puede intensificar desigualdades, si no se anticipan sus efectos de manera integral».