La industria porcina respira tras la limitación de la zona vetada a la exportación

China mantiene un veto amplio

A grandes rasgos, el criterio de la CE -que tiene un grupo de expertos sobre el terreno-, para delimitar la zona de exclusión, que estará vigente hasta el 28 de febrero, coincide con el de la Generalitat y el Ministerio de Agricultura. Si las administraciones locales fijaron un perímetro de exclusión de seis kilómetros a la redonda del punto donde se hallaron los primeros jabalíes infectados y otro de vigilancia más amplio de 20 kilómetros, con un total de 76 municipios afectados, la CE lo ha ampliado a 91 localidades, informa Isabel Miranda, pero sin que ello tenga un mayor impacto. Así, el número de granjas afectadas, 39 -ninguna de las cuales con positivos por PPA-, sigue siendo el mismo.

Zona de pícnic, una de las muchas que hay en el parque de Collserola, cerrada por el brote de PPA efe

En última instancia, las pérdidas para el sector, tanto en Cataluña como en el resto de España, dependerán de las negociaciones bilaterales que se abran con cada país, una vez la declaración oficial del brote el pasado viernes puso en suspenso todas las exportaciones.

En última instancia, las pérdidas para el sector dependerán de las negociaciones bilaterales que se abran con cada país

Con la UE aceptando el límite de 91 municipios conocido ayer, un país clave va a ser China, que sí acepta la «regionalización», es decir, no castiga al país entero, pero amplía los límites de la zona afectada a toda la provincia, en este caso, la de Barcelona. Países como Reino Unido y Chile sí aceptan la limitación de corto radio, y el Ministerio de Agricultura trabaja a nivel diplomático para que otras naciones -Japón, Vietnam, México...- sigan el mismo criterio y no veten al conjunto de la industria del cerdo española. Filipinas, por contra, dictó ayer el cierre total.

En paralelo, desde el sector, se piden más medidas: ayer mismo, desde Mercolleida -lonja de referencia en España para el cerdo- se pedía el sacrificio de los 30.000 cerdos de engorde que estiman que hay en las 39 granjas dentro del perímetro afectado, una cifra que otras voces del sector consultadas por este diario consideraban demasiado elevadas.

A la par que la gestión para recuperar las exportaciones, a pie de campo se mantiene de manera intensiva el dispositivo para contener el brote, por ahora delimitado a la zona de seis kilómetros considerada de infección: de los 50 jabalíes hallados, se ha actualizado la cifra a trece infectados. Se están doblando esfuerzos, y el número de efectivos ya ronda los 1.000 -400 dedicados al rastreo- entre Agentes Rurales, soldados de la UME (150) y Seprona. Todos están a la espera de la orden para comenzar la caza y captura de todos los animales dentro de la zona de infección, algo que se hará principalmente mediante el uso de jaulas, en tanto que las batidas tradicionales están descartadas precisamente para evitar que el estruendo de las armas de fuego ahuyente a los jabalíes y provoque su dispersión más allá de la zona de vigilancia. Hasta ahora se ha abatido algún ejemplar en la zona más exterior mediante arma con silenciador.

El mayor temor es que un jabalí infectado se escape del cerco y se dirija al norte -hacia el sur es difícil dada la naturaleza urbana del terreno-, alcanzado otros núcleos forestales que, en este caso, serían mucho más difíciles de perimetrar. En el caso de Collserola, donde se estima que hay unos 800 jabalíes, grandes vías de comunicación como la C-58 o la AP-7 sirven de límite natural.