«El virus mata más que el ejército pegando tiros», se resume desde la Comisión Europea, avalando en este sentido la estrategia seguida desde el pasado viernes 28 cuando se detectó el brote de PPA en Barcelona, en el que un amplio dispositivo de Agentes Rurales, Unidad Militar de Emergencias (UME) y Seprona -hasta 1.000 efectivos-, han encapsulado un perímetro de seis kilómetros desde el punto en el que se hallaron los dos primeros jabalíes infectados pero sin proceder a la eliminación activa de los ejemplares. A este primer círculo se añade uno más amplio de vigilancia, hasta los 20 kilómetros, dentro del cual, por ejemplo, la Generalitat decretó ayer la prohibición de cualquier actividad en zona forestal.
«Que mueran tranquilos»
Así, la estrategia, avalada por las autoridades comunitarias, es dejar que los jabalíes infectados mueran por efecto del contagio y en el plazo de unas semanas comenzar a capturar los que hayan podido quedar vivos, pero siempre mediante el uso de jaulas u otros métodos que eviten que los ejemplares se asusten y huyan. «Una montería, un cazador con un perro... eso molesta a los jabalíes, y lo que queremos es que mueran tranquilos», apuntan desde la CE. De la cincuentena de jabalíes muertos recogidos hasta ahora, trece han dado positivo: «Lo importante no es el número, aunque estimamos que el 95% morirán, sino que todos estén dentro del área perimetrada».
Las recomendaciones comunitarias, trasladas directamente al dispositivo de Barcelona por los tres expertos desplazados sobre el terreno -«los mejores del mundo en PPA», añaden- pasan pues por la contención, la prudencia, una táctica que es fruto de la experiencia reciente desde que en 2007, en Georgia, se reintrodujo la PPA en el continente. Ha habido experiencias positivas de eliminación del virus -Bélgica, Suecia, República Checa o el área metropolitana de Roma- y otras fallidas, como en Rumania o Polonia. «Hemos visto como por la presión de los políticos y los medios se hacía intervenir al Ejército en grandes batidas», se apunta desde la Comisión, la citada táctica Kalashnikov, una manera de contentar a la opinión pública en primera instancia pero contraproducente en cualquier caso. «Es mejor no hacer nada que cometer errores», se insiste.
En este contexto, los expertos insisten en la necesidad de extremar las medidas de contención: cierre de las zonas perimetradas, limpieza de ruedas de coches y suelas de calzado, revisión de vallados en las granjas porcinas de los alrededores...: «No se pueden ahorrar esfuerzos». Sobre estas consideraciones, y atendiendo lo que se está haciendo hasta ahora sobre el terreno, en la CE hay un optimismo cauto: «La situación está bajo control y las medidas implementadas son las correctas».