Las casas del alma, el dios Bes, la jamba del escriba y el ataúd de la niña: joyas y claves de la exposición de Egipto en Córdoba

La cita, que permanecerá abierta hasta el 5 de abril, Domingo de Resurrección, tiene muchos elementos destacados y de ellos habla una de sus comisarias, Esther Pons. De entrada llama la atención la presencia de Bes, «el dios de la familia, del parto, de la infancia y de la casa».

En la entrada a la sala Vimcorsa hay una reproducción de su rostro de gran tamaño, y la preside porque era omnipresente. Su aspecto grotesco no debe engañar: eso servía para ahuyentar a animales peligrosos, como víboras y escorpiones.

Estaba también, dice Esther Pons, en los mangos de los espejos, como el que se ve en la exposición. Los egipcios lo tenían en las agujas para el cabello, en las camas, las sillas, los cabeceros de las camas y en general donde pudiera proteger de cualquier mal.

Los visitantes podrán conocer algo parecido a las maquetas de casas, con nombre enigmático: casas del alma. Esther Pons las destaca, porque los egipcios representaban allí su vivienda. En la exposición las hay con escaleras, reposacabezas en la cama y tinajas.

El alma del difunto

«En sentido simbólico allí es donde reposa el alma del difunto, aparte de ser un modelo de casa», asegura la comisaria de la exposición. Es uno de los objetos que más destaca, junto con los que tienen que ver con la muerte: la máscara de época ptolemaica, el ataúd de la niña y el retrato romano.

Aquí habla de un aspecto singular, y es que los griegos y los romanos no momificaban a los cadáveres en su lugar de origen, pero sí en Egipto, porque se impregnaban de su cultura. Allí está el retrato de un joven, ya en época romana, vestido con toga, que es otra de las obras más importantes y singulares.

Brilla el fragmento de la jamba de la tumba del escriba real, que representa a una familia. Es una obra excepcional, que llega desde Turín, y en que se muestra a gran tamaño al padre, la madre, el hijo y la hija. «Antes de llegar no nos imaginábamos que pudiera ser tan grande».

  • Martes a sábado. De 10.30 a 13.30 horas y de 17.30 a 20.30

  • Domingos. De 10.00 a 14.00 horas.

  • Del 4 al 8 de diciembre. De 10.30 a 20.30 horas

Es singular por su belleza y lo que enseña: «Los niños sujetan patitos o ánades, que es la costumbre, y están vestidos, lo que significa que han entrado en la pubertad. En caso contrario irían desnudos». El niño, por ejemplo, no lleva la coleta asociada a la infancia.

La rana es un elemento muy presente y representa a Heket, la diosa que da el primer aliento de vida en el parto y que está asociada a la fertilidad, pero también al renacimiento. Esther Pons habla también de las estelas, «que acompañan al difunto como parte del equipamiento funerario» y que muestran a gran parte de la familia.