La Xunta plantea aumentar las batidas de jabalí en zonas de gran proliferación

Por lo pronto, tal y como avanzó tras este encuentro la titular de Medio Ambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, el Gobierno gallego «procurará incrementar» el número de batidas de jabalí en las comarcas de A Limia (Orense), O Deza (Pontevedra), Terra Chá (Lugo) y Betanzos (La Coruña), las que concentran una mayor presencia de explotaciones profesionales de porcino y, por tanto, las que presentan mayor riesgo en caso de que la peste porcina africana —que afecta a animales salvajes y domésticos, pero no se transmite a humanos— siga avanzando por la Península; si bien, por el momento solo se registraron casos en jabalíes salvajes y en Barcelona.

Sin embargo, la conselleira defendió la importancia de esta medida preventiva. «Vamos a frenarlo. Es cierto que no somos dioses, pero que tenga confianza la sociedad», recalcó Vázquez. Recordó, además, que la emergencia cinegética por la especie está activa en el 80% del territorio gallego, lo que permite su caza todos los días entre octubre y febrero, sin cupos y con autorización para abatir machos, hembras y jabatos.

Descontrol poblacional

A la inquietud por la peste porcina se suma la citada tendencia que los ganaderos ven insostenible: el crecimiento continuo del jabalí. El secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, detalló tras la reunión que la caída del número de licencias de caza —de 100.000 a 30.000 en los últimos años, según sus cifras— hizo que se disparase una población que su organización sitúa ya en más de 100.000 ejemplares; a falta de un censo oficial, García vincula la estimación a indicadores como daños en explotaciones y aumento de accidentes de tráfico. En este contexto, García insistió en que «todas las CC. AA.» adopten un plan conjunto de «reducción sustancial» del jabalí. La «impresión» de su sector es «que nacen más», pese a que el año pasado se batió un récord de capturas con unos 20.000 ejemplares.

A mayores, los ganaderos han visto abrirse otro frente tras los casos detectados en Cataluña: la caída de precios en origen como consecuencia de los vetos internacionales a la carne española. Galicia vende mayoritariamente en la Península, pero parte de la producción de otras comunidades está pendiente de decisiones de países como Japón o México, que bloquearon temporalmente las importaciones.

Así las cosas, y en referencia tanto al control de la peste como de la proliferación del suido, la conselleira de Medio Rural, María José Gómez, apeló a que exista «unanimidad» entre las administraciones y reclamó coordinación a los ministerios de Agricultura y Transición Ecológica. Insistió en que ahora, cuando aún no se detectaron casos en explotaciones de porcino, es el momento para intensificar las medidas preventivas. Por su parte, Vázquez defendió la actuación del Ejecutivo autonómico y recordó que la orden de emergencia cinegética —impugnada por organizaciones animalistas, pero avalada finalmente por los tribunales— permitió reducir la población en «casi 92.000 jabalíes» en cinco años, e introducir medidas complementarias como la instalación de jaulas en áreas urbanas y periurbanas, que ya suman 238 capturas. «Pero se ve que no es suficiente», admitió.

Reacción preventiva

Así que el objetivo, insisten las conselleiras, es doble: reducir riesgos sanitarios y proteger tanto a la población como a un sector fundamental en muchas comarcas. Tras la reunión, García aseguró que la peste «no va a llegar a Galicia», aunque otras organizaciones pidieron cautela. Desde Medio Ambiente, Vázquez llamó a actuar con «sensatez», rechazar bulos y evitar alarmas infundadas.