Egipto de la cuna y el juego a la enfermedad y la tumba: se abre en Córdoba la exposición 'El despertar a la vida'

Su historia se cuenta con objetos, con cosméticos, con amuletos, con estatuillas de divinidades, con estelas y, al final, en la última etapa de la segunda de ellas, con ataúdes y ritos de la muerte. 'El despertar a la vida. Infancia y adolescencia en el antiguo Egipto' es esencialmente un camino que ha quedado abierto este miércoles para que se pueda disfrutar desde el jueves. Permanecerá hasta el 5 de abril, Domingo de Resurrección.

El gran proyecto cultural del Ayuntamiento de Córdoba en los últimos años, con un presupuesto superior a los 1,2 millones de euros, es una creación de la empresa Eulen Art, que dirigen Isabel Olbés y Esther Pons, y que bucea en los objetos originales con que la cultura egipcia afrontaba las primeras etapas de la vida.

El relato puede empezar por la sala Orive, donde se ha preparado un audiovisual inmersivo por las cuatro etapas fundamentales: el embarazo, el nacimiento, el aprendizaje y nacimiento y la muerte, y todo mediante objetos originales e iconografía que reproduce lo que se ha encontrado.

La arquitectura de la sacristía inacabada se adapta así para evocar una casa del antiguo Egipto o un viaje por el río Nilo hacia una cámara funeraria, y prepara la percepción para todos los elementos que tendrán explicación en la sala Vimcorsa, que es donde está la exposición propiamente dicha.

Protección del hogar

Allí se han dispuesto estatuillas, ropa, objetos decorativos, estelas, figuras para la veneración, amuletos y objetos quirúrgicos que han llegado desde grandes museos del mundo, desde el Arqueológico Nacional, que está en Madrid, hasta Florencia o el mismo Egipto.

Guía por la vida de los protagonistas el dios Bes, del que se ofrece una máscara con rasgos grotescos, pero al que los antiguos egipcios invocaban para la protección del hogar. Disfrutaban de una medicina bastante desarrollada para la época, pero también tenían muchos amuletos.

Por eso comienza la exposición en Córdoba con la fertilidad y con el momento en que un matrimonio busca el embarazo, y sigue por la espera del parto, que necesita de protección, por ser un momento que, entonces y ahora, podía presentar complicaciones.

Llama la atención por ello el marfil mágico del nacimiento. Los visitantes podrán ver gracias al láser todas las divinidades que tenía grabadas y cómo se utilizaba la proteger a la mujer. A partir de entonces se relata cómo la mujer quedaba en un área apartada para el parto y para la cuarentena y los primeros momentos de la vida de la criatura.

La sala final es una de las más sorprendentes por los ataúdes, máscaras funerarias y ritos relacionados con la muerte

Están las casas del alma, hechas en arcilla, y divinidades como Fueris, asociadas a ese proceso, con forma de hipopótama embarazada. Desde entonces, la exposición viaja por objetos, por el aprendizaje y por el crecimiento. Hay juguetes, túnicas y sandalias, y a partir de cierto momento vira hacia el dolor.

La enfermedad y la muerte, que en jóvenes y niños era frecuente en todas las culturas antiguas, aparecen con bisturíes, con instrumental quirúrgico y con tratamientos contra las enfermedades. No siempre eran efectivos y la última sala está dedicada a la muerte.

Allí sorprenden las máscaras funerarias, que pueden ser de madera o en forma de mosaico, y desde luego un ataúd, que así se llama si es de madera, o una malla funeraria. Se incluye también un retrato pintado, ya de época e influencia romana.

Ahí termina la vida del segundo de los protagonistas. Al primero se le ha visto crecer y desarrollarse aprendiendo a escribir y adentrándose en la edad adulta. Todos los detalles, en una exposición preparada para marcar una época en Córdoba.