La casa gallega de Julio Iglesias, en el aire: podría ponerla a la venta sin haberla habitado

Según fuentes cercanas a la familia, el artista habría comentado en su entorno más íntimo que la vivienda gallega, por la que pagó cerca de cinco millones de euros, a los que hay que sumar una importante inversión en reformas, quizá no encaje con su estilo de vida actual ni con sus prioridades.

Un homenaje cargado de nostalgia

La finca, situada en la pequeña aldea de Villariño, muy cerca del lugar donde nació su padre, fue concebida como un gesto profundamente emocional. Allí pasaban los veranos de su infancia Julio y su hermano Carlos, cuando acompañaban al recordado 'Papuchi'. Décadas después, ya convertido en leyenda de la música, Iglesias quiso reconectar con esas raíces.

La casa, conocida como Santa Lucía, se asienta sobre una parcela de 1.500 metros cuadrados y cuenta con jardín, lago artificial, piscina climatizada, ascensor interior y garaje para varios vehículos. Un refugio de lujo pensado para el descanso… que, sin embargo, permanece inédito para sus propietarios.

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Una casa lista, pero sin dueño

Las obras de acondicionamiento ya han concluido. Durante meses, quien ha supervisado cada detalle ha sido Toncho Navas, amigo íntimo de Julio Iglesias y colaborador suyo desde la juventud, habitual también en la decoración y gestión de otras residencias del artista. En el pueblo se le ha visto realizando gestiones para que todo estuviera preparado ante una eventual llegada de la familia.

Mientras tanto, la finca está habitada de forma permanente por un matrimonio encargado de su mantenimiento. Todo permanece listo, como si Julio pudiera aparecer en cualquier momento. Pero ese momento no llega.

Los motivos detrás de sus dudas

Quienes conocen bien al cantante aseguran que el clima gallego es uno de los grandes frenos. Julio Iglesias no soporta las lluvias persistentes ni el frío, y aunque Ourense registra algunos de los veranos más calurosos de España, el artista prefiere entornos más previsibles y amables.

En la actualidad, reparte su tiempo entre Bahamas —donde pasa largas temporadas— y Marbella, donde la familia cuenta con una finca en Ojén equipada con todas las comodidades: piscinas, caballos y un clima mucho más acorde con su día a día. Miranda y sus hijos, de hecho, han pasado allí buena parte del último verano.

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Es así como, pese al simbolismo que rodea la casa gallega, el planteamiento de una posible venta no respondería a un desapego emocional, sino a una decisión pragmática. El intérprete de 'Con la misma piedra' se encuentra centrado en nuevos proyectos, entre ellos la serie que Netflix prepara sobre su vida, y no parece tener intención de reorganizar su rutina para incluir Galicia en el corto plazo.