Janucá, la fiesta que celebra el derecho a practicar el judaísmo durante la que se produjo el tiroteo múltiple en la playa de Sídney

La que es también conocida como el festival de las luces es una de las tradiciones más importantes del calendario hebreo y gira alrededor del simple pero emotivo encendido de una vela cada atardecer y durante ocho días como símbolo de la esperanza y la libertad religiosa en todo el mundo. En los hogares judíos suele haber menorás, que son candelabros especiales para la ocasión con ocho brazos o soportes para colocar una vela por día.

Además, la fiesta sale de casas y también son muchos los que celebran conjuntamente la Janucá: judíos de todo el mundo se reúnen para ir encendiendo las velas y en algunos sitios se organizan actos comunitarios, como el que se celebraba precisamente este domingo en Bondi Beach (Australia) cuando se produjo el trágico tiroteo masivo que dejó al menos diez víctimas mortales.

El milagro del aceite

La Janucá se celebra el día 25 de Kislev del calendario judío, una fecha que cada año cambia porque depende de la luna pero que suele caer entre finales de noviembre y medianos de diciembre de nuestro calendario: este 2025, por ejemplo, se ha enmarcado entre el 14 de diciembre por la noche y el 22 de diciembre.

Esta fiesta conmemora la recuperación y purificación del templo de Jerusalén por parte de los judíos, entonces llamados macabeos, en el siglo II a. C. tras rebelarse contra las fuerzas sirio-griegas que llevaban tiempo tratando de prohibirles su cultura y tradiciones. Fue el fin del dominio heleno en la zona.

La Janucá también conmemora el conocido como milagro del aceite: cuando entraron en el templo, el recinto estaba profanado y la menorá apagada. El Talmud, uno de los libros más importantes del judaísmo, dice que no había combustible para alimentar la lámpara y los macabeos encontraron providencialmente una jarra de aceite de oliva puro, con el que podrían mantener la llama viva durante un día. Al final, tardaron ocho días en conseguir más aceite pero el milagro fue que la llama siguió encendida durante ocho días sin interrupción.

Durante la Janucá, además del encendido de velas, oraciones y bendiciones, es muy común jugar al dreidel (una peonza de cuatro lados), comer fritura (como latkes, que son panqueques de patata) para homenajear al aceite y consumir muchos dulces típicos, como donas rellenas de mermelada, monedas de chocolate, compota de manzana o fruta rellena en hojaldre.