La ONG Rafiki y los hoteles Magic sacan de la miseria extrema a familias en Ruanda reduciendo el desperdicio alimentario

Los datos expuestos por el presidente de esta entidad sin ánimo de lucro, Juan Amirola, estremecen por su crudeza: casas sin luz ni agua, un 20-30% de la población ha comido carne una vez año carne («el resto, nada, ni una vez»), niñas a los diez años casadas y, con once, embarazadas.

Frente a este realidad, que asumen sin mostrarse infelices, esta iniciativa alicantina les ha proporcionado primero lo más acuciante (más de 300.000 comidas gracias a una donación de 60.000 euros) y también herramientas para que se procuren el sustento en unas condiciones de vida dignas.

Han creado varias escuelas (una de agricultura, por ejemplo, donde les han instruido para doblar su producción de maíz, básica en su pobre dieta habitual), un pequeño hospital, porque daban a luz en casa y sufrían muchos accidentes antes, durante o después del parto, por falta del equipamiento necesario.

Amirola ha explicado también cómo les suministran «microcréditos en especie», es decir, en vez de con dinero, les dan cabras, semillas o gallinas, que hasta ahora no tenía porque se les morían al no saber que debían vacunarlas. Todo gracias también a la entrega de los voluntarios, ejemplo de altruismo sin percibir salario alguno.

«Calculamos que en unos seis o siete años podemos hacerles salir de la miseria y que no se marchen de allí, porque cuando ven estos progresos ya son felices y los ves agradecidos y muy contentos», relata con satisfacción el presidente de ONG Rafiki. Por comparar con esta parte del mundo, allí una familia que consigue unos 60 o 70 euros mensuales de ingresos ya tiene cubiertas sus necesidades y no emigra.

Hasta ahora, la campaña ha proporcionado diez comidas al día y han incorporado a su dieta huevos y verduras criadas en su aldea, donde les ha enseñado a cultivarlas.

El vicepresidente de Magic Hotel Group, Javier García, ha elogiado al personal de cocina y a directivos que han formado a otros empleados para contribuir con su esfuerzo a esta ayuda humanitaria, igualmente una labor desinteresada.

El Hotel Cristal Park ha sido el primer alojamiento en obtener el certificado internacional 'The Pledge' contra el desperdicio alimentario y «ha inspirado a todos el grupo», ha subrayado García, mientras que Mauro, uno de los cocineros, ha detallado como el personal de este servicio y también el de comedor conciencian a los clientes para pedir y servirse raciones y porciones pequeñas, aunque luego puedan repetir si tienen más hambre, pero sin despilfarros.

De hecho, se ha evaluado el ahorro total en un 5% del coste total en seis millones de servicios al año y se ha pasado de unas sobras de 300 gramos por cliente y día, a ahora 70 gramos, en el Cristal Park. «Eran muchas toneladas de comida que iban a la basura y ahora ya no, y otros hoteles pueden hacerlo», ha animado el presidente de este grupo, un mensaje al sector, en general.

También ha aclarado que «la comida no viaja», la ayuda se hace con dinero, se valora el ahorro generado. Y ha comparado también con que lo que se estima aquí en tres euros de comida que no se ha tirado, en Ruanda sólo cuesta 0,20 euros, una diferencia que también ayuda a multiplicar la alimentación a esta población en África.

Preguntados sobre si los beneficiarios de esta ayuda conocen a sus benefactores, del grupo hotelero de Benidorm, desde Rafiki ONG han anunciado que han creado una plataforma en la que los niños puedan consultar y el siguiente paso, también contactar con estos cocineros, camareros y voluntarios.

Y García ha anticipado también que van a organizar «viajes incentivo» para los participantes en los hoteles que más ahorren en esta campaña, para vaya en persona a Ruanda y presenten su esfuerzo, de paso con unas vacaciones pagadas.

Asimismo, se ha mostrado interesado en explorar otras ideas, como «salvar metros cúbicos agua» en Benidorm que luego se transformen en caudales en Ruanda, o instalarles en sus aldeas placas solares.

En un establecimiento renovado

Esta presentación se ha celebrado en el hotel Villa España de Benidorm, el nuevo alojamiento renovado del grupo frente a la playa de Poniente. «Un proyecto común diseñado para mejorar las condiciones de vida de comunidades vulnerables y alineado con la filosofía Magic Planet, el compromiso del grupo por devolver a la sociedad una parte de lo que esta le aporta», han destacado en una nota de prensa.

Tras varios días generando «expectación», ambas entidades han desvelado ese proceso del ahorro generado en sus cocinas en «una acción real de transformación social, destinada a garantizar alimentación básica en zonas donde Rafiki trabaja desde hace más de dos décadas».

Esta «magia silenciosa» tiene «un impacto en miles de niños y niñas», tal como han resaltado. «Lo que comenzó como un gesto cotidiano en los buffets y restaurantes del grupo se convirtió, paso a paso, en una cadena de solidaridad que ha llegado mucho más lejos de lo esperado».

El plan «integral» de reducción del desperdicio alimentario se sustenta en «tres pilares». Tecnología y medición mediante sistemas de control con balanzas inteligentes, tabletas y herramientas analíticas como la app FIT, que mide en tiempo real el desperdicio en cada fase (compra, recepción, preparación, exposición en buffet y emplatado).

Cultura interna y formación, con la capacitación a los equipos para reforzar buenas prácticas sostenibles y afianzar una cocina más consciente y responsable. Y la certificación internacional con reconocimientos como el antes citado 'The Pledge on Food Waste (nivel GOLD), «que posicionan a alojamientos como Magic Cristal Park entre los referentes nacionales en gestión F&B eficiente».

Juan Amirola, durante su intervención en la rueda de prensa ABC

Todo ello «alineado» con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y con la nueva legislación contra el desperdicio alimentario, para «mostrar cómo la sostenibilidad turística es ya una ventaja competitiva real que genera ahorro, diferenciación y valor para las personas», han destacado.

«La sostenibilidad no es sólo una responsabilidad, es una forma de cuidar a las personas. Esta donación es sólo el inicio: queremos que sea la primera de muchas acciones solidarias dentro de Magic Planet y que más empresas del sector se unan a este camino», ha puesto de relieve García, sobre la dimensión humana del proyecto.

«Con más de 300.000 comidas, este apoyo cambiará vidas de manera inmediata. Pero lo más valioso es la voluntad de continuidad. Cuando empresas como Magic se implican, el efecto se multiplica», ha añadido Amirola.

Los directivos de diferentes alojamientos, chefs y equipos de cocina de Magic Hotel Group compartieron cómo vivieron el proceso: «Cada día salvamos comida sin imaginar hasta dónde podía llegar. Ver que ese esfuerzo se convierte en miles de platos para niños nos recuerda que la magia también está en los pequeños gestos».

RAFIKI recordó durante la presentación que su labor integra acciones modestas pero coordinadas que permiten mejorar el nivel económico, social y cultural de las comunidades donde trabaja, con el objetivo de convertirlas en pequeños núcleos de trabajo, cultura y emprendimiento.

Un compromiso que va más allá de una acción puntual y ayuda también a comunidades en España

La iniciativa se enmarca en Magic Planet, la estrategia global de sostenibilidad y compromiso social de Magic Hotel Group. Bajo esta filosofía, el grupo mantiene colaboraciones activas con Cáritas, Comedores Sociales, Acomar o Cruz Roja, reforzando una visión clara: hacer magia también significa generar impacto positivo en la vida de quienes más lo necesitan.

Magic Hotel Group expresó su deseo de que esta acción que une lucha contra el desperdicio y apoyo a una ONG sea la primera de muchas y lanzó un mensaje al sector turístico:

«El impacto es mayor cuando lo hacemos juntos. Queremos inspirar a otras cadenas a sumarse y demostrar que la hotelería puede ser un motor real de cambio», han apostillado.