Entre los dos primeros detenidos, al menos, existe una relación de parentesco, según han explicado a este diario fuentes policiales. La causa, que se mantiene bajo secreto de sumario, la tutela el Juzgado de Instrucción número 2 de Santiago de Compostela. Aunque las entradas y registros tuvieron su epicentro en la ría de Arousa —además de la finca de Vilanova, se registró un inmueble en Ribadumia y un poblado en Pontecesures—, del caso se ocupa el juzgado compostelano porque es la secuela de otro golpe reciente contra el tráfico de heroína.
Está previsto que los siete detenidos pasen este viernes a disposición del juzgado, según ha informado este jueves a la prensa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).
Pese a que, lamentablemente, en Vilanova ya están acostumbrados a ver redadas contra el narcotráfico, la operación, que explotó el miércoles, sorprendió a propios y extraños por la utilización de maquinaria pesada para los registros. Fue el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) el encargado de manejarla.
A nivel policial, el peso del operativo, según han explicado a este periódico fuentes cercanas, recae en los agentes de la Comisaría de Santiago de Compostela, aunque contaron con la colaboración —además de los GOIT— de los Grupos de Respuesta Especial para el Crimen Organizado de la Policía Nacional, los Greco.