El paraguas de la Monarquía
El consenso de la Transición ha traído a España los mejores 50 años de su historia. Se puede debatir sobre el margen de mejora que tiene el Régimen del 78, pero es incuestionable que la prosperidad en términos de libertades, desarrollo económico, igualdad, crecimiento social, ... infraestructuras, cultura y pluralidad que hemos disfrutado a lo largo de este medio siglo no tiene parangón con ninguna otra época de nuestra ya larga historia. La restauración de la Monarquía supuso para España la recuperación de la esperanza, el inicio del viaje más apasionante que ha hecho este país desde que Magallanes y Elcano salieron de Sevilla para dar la primera vuelta al mundo. Desde la entronización de Juan Carlos I hasta la aprobación de la Constitución apenas transcurrieron 1.113 días, un período ejemplar que ahora se estudia en todas las universidades del mundo y que sigue siendo un faro para muchos estados que anhelan salir de la dictadura y reconstruirse bajo los estándares del bienestar, que giran siempre en torno a la libertad y a la soberanía del pueblo. La mudanza que hizo este país desde la caída del franquismo hasta la Monarquía parlamentaria fue un milagro basado en la concordia y en la generosidad de todos. Por eso la resurrección del guerracivilismo propiciada por determinados estrategas políticos es una traición al progreso. Bajo el paraguas de la Corona hemos construido la etapa más floreciente para la libertad, que es el único de todos los principios relacionados con el bienestar que pertenece exclusivamente a la democracia.