La sesión de control del Congreso al Gobierno, cómo no, ha vuelto a pivotar en torno a la corrupción. Aunque si el PP tenía varios ases sobre la manga, gracias al informe de la UCO que explica un poco mejor por qué el ex número tres socialista lleva en prisión provisional desde junio, el Ejecutivo tenía réplica fácil tras la detención del presidente de la Diputación de Almería, el popular Javier Aureliano García, por el caso Mascarillas.
A Feijóo le ha bastado con hacer un repaso de la prensa para estrechar el cerco sobre Sánchez: que si Cerdán era el líder de un triángulo delictivo con el Gobierno y Acciona, que si cobraba mordidas del dos por ciento por el amaño de contratos de obra pública, que si se coló en un viaje oficial a Marruecos para la adjudicación del puerto de Kenitra, que si el director adjunto del gabinete de Presidencia, Antonio Hernando, está salpicado en los tejemanejes de Leire Díez para acabar con la carrera de fiscales...
Sánchez esperaba el giro discursivo de Feijóo, que en su pregunta registrada se interesaba por la ausencia de presupuestos generales del Estado, y ha empezado con su manido eslogan de «tolerancia cero frente a la corrupción» para criticar que otros, en alusión a su interlocutor, tienen ante ella «cero respuestas». «Mire Almería», ha apostillado. Ya en la contrarréplica, tras apagarse la larga ovación que el PP le ha dedicado a s líder, ha usado el comodín de la dana: «Lleva usted un año aplaudiendo a [Carlos] Mazón y viene a dar lecciones de ejemplaridad. Mírese al espejo».
(INFORMACIÓN EN ELABORACIÓN)