No ha sido fácil el aterrizaje de Peque en el Sevilla. Fichado por cuatro millones de euros como apuesta personal de Víctor Orta, el anterior director deportivo, tras destacar como uno de los mejores futbolistas de Segunda con el Racing, el primer año de Peque en Nervión no respondió a las expectativas. Apenas un gol en LaLiga en 26 apariciones, 13 de ellas como titular, fueron un pobre bagaje para el catalán, que, pese a todo, nunca bajó los brazos. Ya le había ocurrido en Santander, donde en su primera campaña apenas disputó 572 minutos para darle la vuelta al año siguiente y convertirse en pieza imprescindible y máximo goleador con 18 dianas.
«Del año pasado la gente puede pensar que fue malo para mí, pero yo creo que me hizo mejorar y ojalá me sirva para estar bien este año. Me lo tomé como un aprendizaje», reconoció el propio Peque en PTV Sevilla. «Estaba en una situación que estaba más fuera que dentro y no fue fácil. Pero con la forma de trabajar del míster y su forma de ser, y la confianza que tengo en mí mismo, creía que podía darle la vuelta a esto», añadió el de Hospitalet, resaltando esa importancia del entrenador argentino.
«Del año pasado la gente puede pensar que fue malo para mí, pero yo creo que me hizo mejorar»
Peque
Futbolista del Sevilla FC
La llegada de Almeyda supuso un revulsivo para el vestuario sevillista, pero no tanto para Peque. Tras utilizarlo en los primeros amistosos, el entrenador argentino lo relegó en sus planes. Media hora ante el Getafe en la segunda jornada, ante la falta de efectivos, y recambio en los minutos finales de los siguientes encuentros ante Girona, Elche y Alavés, donde ya Peque empezó a mostrar aspectos que sí gustaron al cuerpo técnico, que exige un compromiso defensivo a todas las piezas del ataque. No le ha hecho falta al catalán machacarse en el gimnasio para ganar masa muscular, pero sí un cambio de mentalidad para entender lo que le exigía Almeyda.
El atacante comenzó a ponerse ese mono de trabajo en los partidos y también en los entrenamientos. Un botón de muestra fue el gol ante el Elche, con una jugada que había ensayado previamente con Alexis Sánchez en la ciudad deportiva. La máxima de Almeyda de se juega como se entrena aplicada al dedillo en una acción que, además, rescató un punto para el Sevilla. También su actitud en Mendizorroza, en esos minutos finales en los que había que mantener el resultado, fueron del agrado del cuerpo técnico, que, con todo, todavía no le abrió la puerta de la titularidad.
Su aportación ante la Real Sociedad cuando entró desde el banquillo, pese a la derrota final del equipo, y, sobre todo, su actuación en el duelo copero ante el Toledo, donde anotó un tanto y fue de los jugadores más destacados, ya sí lo colocaron en el once inicial. Dos titularidades seguidas ante el Atlético de Madrid y Osasuna, que desembocaron en esa ovación del sevillismo. «La gente está valorando que alguien deje el alma en la cancha y Peque lo entendió a la perfección. Aparte del lado futbolístico, que lo intenta y que no se achica, le agregó un lado defensivo que es el que nosotros queríamos», aseguró Almeyda sobre ese cambio experimentado por el catalán. «Nosotros queríamos jugadores reversibles y Peque lo está logrando», destacó el técnico argentino, satisfecho por ese esfuerzo defensivo que viene realizando el atacante.
Las necesidades del Sevilla abrieron la puerta y Peque ha empezado a colarse. Siguiendo al pie de la letra las enseñanzas de Almeyda y con esa actitud ante la vida que siempre lo han hecho seguir hacia delante. Una reconversión del catalán para buscarse esa segunda oportunidad en Nervión con el aplauso de los aficionados.