La situación global de todos los embalses que abastecen a Sevilla se situaba el 29 de octubre en 485,91 hectómetros cúbicos, lo que supone un 75,7 por ciento de la capacidad total de almacenamiento. Las lluvias caídas en esta primera mitad de noviembre han incrementado dichas reservas al 85,8%, consolidando un total de 550,45 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Esta cantidad supone que el agua acumulada sirve para abastecer a la población durante seis años, una buena noticia teniendo en cuenta tiempos pasados de sequía.
De esta manera, ya hay dos embalses de gestiona Emasesa que están al por encima del 90% de su capacidad y que se acercan por tanto a cifras que obligarían a desembalsar agua. Se trata del embalse del Gergal que tiene 32,26 de sus 35,04 hectómetros cúbicos de capacidad llenos, lo que deriva en un 92,1% ocupado; y el de Melonares, situado entre los términos municipales de Castiblanco de los Arroyos y El Pedroso y el más grande de la provincia, que ya alcanzó los 177,75 hectómetros, muy cerca de los 185,6 hectómetros cúbicos de capacidad y que arroja un porcentaje de llenado del 95,8%.
También se ha producido una considerable subida en el resto de embalses que abastecen a Sevilla y que, eso sí, no llegan a los niveles de los dos citados anteriormente. El embalse de la Minilla, con una capacidad máxima de 57,8 hectómetros cúbicos ha pasado en pocos días del 41,70 por ciento de su capacidad al 84,6, con un volumen embalsado de 48,92 metros cúbicos. También el embalse de Cala, localizado en El Ronquillo, ha vivido un fuerte incremento de su capacidad creciendo un 14 por ciento al pasar del 41 al 55,7% de volumen embalsado, lo que se traduce en 32,78 hectómetros cúbicos de agua. En lo que respecta al embalse de Aracena, con una capacidad máxima de 128,65 hectómetros cúbicos, cuenta con un volumen embalsado de 104,75 hectómetros cúbicos (81,4 por ciento de su capacidad máxima); y el de Zufre se encuentra al 87,9 por ciento con un volumen de agua embalsada de 153,99 hectómetros cúbicos.
Así pues, la borrasca Claudia ha contribuido sobremanera al aumento de las reservas para la capital, uniéndose a la anterior borrasca, que no tuvo nombre y que dejó inundaciones en la capital, provocando el cruce de declaraciones y reproches entre la Agencia Estatal de Meteorología y el Ayuntamiento de Sevilla.
Registros cercanos a marzo
El volumen de agua embalsada en Sevilla está en un 85,8% de la capacidad total, registros que se asemejan a los registrados tras las incesantes lluvias vividas este mismo año pero en el mes de marzo. Eso sí, no llegan al tope máximo que se recogió el 18 de marzo, cuando la cantidad de agua almacenada se elevó hasta el 94,1%, la cifra récord hasta el momento desde que se recogen datos en los pantanos sevillanos. Aquel registro se dio tras el paso de la borrasca Laurence, que fue quizás la última de gran relevancia tras el famoso tren de borrascas que descargó sobre la provincia durante varias semanas. Sin ir más lejos, el pasado 9 de marzo, tras el paso de la borrasca Jana, los embalses adscritos a Emasesa reflejaban un volumen de agua embalsada de un 81% con 539,73 hm³, menos del 85,8% y los 550,45 hectómetros que figuran en este momento.
Cabe recordar que hace unos días el delegado territorial de la AEMET en Andalucía, Ceuta y Melilla, Juan de Dios del Pino, advirtió que las fuertes rachas de lluvias como las vividas este último mes o el pasado mes de marzo volverán a repetirse en un futuro. «Este tipo de situaciones van a ser más frecuentes. Si uno mira los registros, episodios como estos son prácticamente todos posteriores al año 2000. Tenemos una atmósfera que no es la que teníamos, así que encontraremos estas situaciones con bastante frecuencia», advirtió.