Alcaraz arrolla a Aliassime para citarse con Sinner en su primera final de la Copa de Maestros

  • Carlos Alcaraz
  • 6 6
  • Felix Auger-Aliassime
  • 2 4

    Tenía que salir Alcaraz sin pensar en la final, igual que jugó en la fase de grupos sin pensar demasiado en el número 1 porque en cuanto empezó a cruzárselo por la mente sufrió en aquel duelo ante Fritz. Tenía que salir con la idea clara de que Aliassime iba a pelearle todos los puntos, desde el saque hasta el revés. Porque el canadiense es incómodo, que ha reverdecido, que ha olvidado las molestias físicas del duelo ante Sinner, que suma 52 victorias en esta superficie rápida y bajo techo, que siete de sus ocho títulos son en estas condiciones.

    Así se lo recuerda el canadiense, que atiza un restazo en paralelo que le roba tiempo a Alcaraz y el primer punto del partido. Contesta el murciano que está dispuesto para afrontar la pelea que haga falta haciendo valer su derecha, y su saque, y otro saque, que quiere imponerse desde el principio. No entra en su cabeza otra cosa que superar a Aliassime, por la derecha y por la izquierda, con un passing ganador a 134 kilómetros por hora con el revés paralelo, con otra derecha ganadora con salto incluido para encontrar las tres primeras bolas de rotura.

    No espera, no duda, no ceja Alcaraz, que aprieta el acelerador para sorprender por velocidad ante la calma del canadiense, que levanta las tres opciones, que defiende con una derecha fantástica, que mete pausa y un saque abrumador con el que atrapar su primer turno de juego después de siete minutos de empeños del rival. Esto va a ser así. Ambos lo saben.

    Son tácticas medidas y estudiadas, que han sido siete citas anteriores para valorar fortalezas y debilidades del revés. Por él, todo va a ir rápido. Como esa derecha que cruza para acelerar el punto y el juego, que el saque también está yendo bien. Como ese resto que mete a los pies, y esa derecha que deja a Aliassime sin respuesta, como esa dejada con la que lo engatusa y firma el puntazo del día para hacer lo que no pudo hacer en el primer juego: rotura, en el marcador y en la dinámica. Y eso es solo un 3-1, pero está todo inclinado hacia su lado. Por rapidez, por contundencia, por ataque, por convicción, por presión.

    Tanta adrenalina que se pasa en una volea, pero es el número 1, y ahí está para encontrar soluciones con una bola de 'break' en contra. Todo, todo, todo pasa por él, cuando ataca con todo en tromba, cuando defiende con todo y fuerza, por presión y por desesperación, el error del rival, que se lleva las manos a las caderas porque ese punto era suyo y acaba no siéndolo. El Alcaraz convertido en gato, rapidísimo de reflejos, activadísimo de piernas y de mano y de ideas. El que convierte al canadiense en una sombra de ese que, por números, parecía que podía intimidar.

    Ni rastro de las amenazas que derivaban de sus estadísticas, pues se deja arrastrar en otro cúmulo de errores forzados por este murciano en plan apisonadora. Había visto antes cómo Sinner se contenía en el primer set ante Alex de Miñaur y arrollaba en el segundo, como había hecho toda la semana. Alcaraz no quiere ni contenerse, todo ganadores en cuanto es posible.

    A Aliassime le sale un porcentaje mejor en primeros servicios, pero de poco le vale cuando enfrente tiene la derecha del murciano, que sale limpia, poderosa y sin remordimientos, solo dos errores no forzados en el primer set. O el revés, que también ejecuta sin miedo y con eficacia, cero errores en ese set que dura 37 minutos, y porque no pudo convertir sus primeras opciones de 'break' en el segundo juego.

    Para el segundo capítulo, Aliassime se planta. Quiere hablar también, que no le han dejado en la primera media hora. Trata de imponer su estilo, su rimo más pausado, su caminar más lento, pero sus golpes letales. Presiona un poco al resto y defiende mejor las acometidas del español, que empieza a bajar un poco el nivel, que era imposible estar así durante mucho más tiempo. Hay alguna precipitación y un par de errores que se echa en cara el murciano y que permite respirar y mantener el tipo al canadiense, que hasta se desmarca con un puño cerrado y grito cuando empata a tres. Ante Alcaraz, hasta un empate parece un triunfo.

    Porque parece que baja Alcaraz los ímpetus, pero tiene mil planes si el golpe ganador de primeras no sale. Que también puede y sabe jugar algo más pausado y masticar los puntos. Le da igual cómo. No quiere pensar en la final, pero es el objetivo. Al que va como un tiro en cuanto se despega de ese juego algo enturbiado. De nuevo al ataque, atraviesa la pista con una derecha en carrera cruzada que atraviesa también a Aliassime para poner el 5-4. Y no frena, que quiere descansar, que quiere celebrar su primera final en las ATP Finals, que el verdadero partido es el domingo.

    La primera en estas ATP Finals que se le habían dado mal hasta ahora. Que no pudo disputar en 2022, que se quedó en semifinales en 2023, eliminado en la fase de grupos en 2024. Finalista en 2025.

    "Ha sido mi mejor partido. Estoy muy feliz por el partido de hoy -se desmarca en italiano- He jugado muy agresivo, he empezado muy concentrado, sin muchos errores. Solo intentando ir hacia delante, he jugado bien, he restado bien. Estoy muy orgulloso de cómo lo he hecho", señalaba el murciano tras el duelo. "Sentí que podía hacerlo todo en la pista (en el primer set). Daba igual que fuera una derecha desde el fondo de la pista, dejadas, o un revés, sentía que todo iba a entrar. Creo que esa confianza fue muy útil para todo el partido. Simplemente le empujé al límite, para que tratará de hacer algo diferente y estoy feliz de haber continuado jugando tan buen tenis".

    Será otra final Alcaraz-Sinner, que espera con ganas la platea y ellos dos, aunque sepa el español que entrará en un ambiente de Copa Davis: "Obviamente, es genial enfrentarme a Sinner -se ríe-, aunque no me hubiera importado que hubiera sido otro. Afrontaré el partido de una manera distinta, más concentrado. Sé que tengo que jugar mi plan A si quiero ganarle y ganar el torneo. Así que ambos elevaremos nuestro nivel al máximo y eso va a ser estupendo para los dos y para el público. Es genial ver a Jannik en otra final este año. Todo el estadio estará apoyándole a él. Pero estaré preparado para ello. Como dije en la pista, espero que haya al menos dos o tres personas entre la multitud que me animen. Están mis amigos y espero escucharles más que a los demás espectadores. Pero será una atmósfera interesante y divertida".