Restaurante Número Diez, un viaje en el tiempo a la Nápoles de los 80 donde reinaba Maradona

Para el grupo Dolcevita Gusto Italiano que lidera Emmanuele Stevanato, este establecimiento napolitano es el tercero que abre en Barcelona y, pronto, en unos quince días, está prevista la cuarta apertura en Castelldefels, en este caso dedicado al ambiente y gastronomía siciliana. El objetivo de este empresario veneciano que abrió en 2023 su primer restaurante, Dolce Vita, en el barrio de Les Corts, no es otro que crear establecimientos que recreen trozos de Italia para convertirlos en experiencias integrales.

El de Les Corts se trata de un espacio donde catar auténtica cocina italiana, sin pretensiones, sin artificios. Este primer local es de ambiente familiar, colorido y alegre, donde el comensal puede transportarse a través de los cinco sentidos hasta el corazón de Italia. En septiembre de 2024 llegó un segundo Dolce Vita, junto a La Boqueria, con el mismo espíritu, pero un toque más informal y callejero. Ahora, a partir del restaurante Número Diez de ambientación napolitana, cada establecimiento recreará una región, una historia, un carácter italiano, como será el caso del próximo restaurante de Castelldefels que hará homenaje a Sicilia.

El nombre de «Número Diez» simboliza el liderazgo y la magia que evoca la figura de Maradona en el fútbol. Franquear la puerta supone entrar en un túnel del tiempo a la Nápoles de los años 80, para encontrarse, de repente, en una trattoria callejera donde la pared de enfrente emula la casa de la «nonna» (abuela) o la «mamma» de donde surgen creaciones gastronómicas de lo más casero y con productos importados desde Italia. «Aquí no hay atajos ni concesiones: respetamos recetas, procesos e ingredientes», asegura Stevanato. Y añade que «nuestros platos son los que se cocinan a diario en cualquier casa, lo que yo comía en casa de mi madre, pero reinterpretada con un toque moderno y, a veces, controtendenza».

El empresario reconoce que abrir un restaurante napolitano en Barcelona supone un reto, puesto que la mayoría de los establecimientos italianos reproducen en esta ciudad la gastronomía napolitana. Pero la apuesta de Número Diez es crear la verdadera trattoria napolitana en una inmersión total en el ambiente, la decoración, la música, los olores y con Maradona y el golfo de Nápoles presidiendo la sala. Los días laborables, el local ofrece un completo menú por 20 euros.

En la carta de Número Diez no se encontrará la carbonara, ni el tiramisú clásico, porque aquí lo hacen con crema de limoncello y presentado en el interior de una cafetera clásica que exhala vapor, pero que no está caliente. Se trata de una «mise in scene», como la presentación de los entremeses napolitanos en una fuente que emula al monte Vesubio en plena erupción. Croquetas gigantes y albóndigas de la abuela son solo dos ejemplos de la comida tradicional que se sirve para compartir, aunque con un emplatado creativo, como la Figiliata (embarazada), un queso fresco de la familia de la burrata y dejando atrás la clásica caprese.

El restaurante está especializado en la genuina pizza napolitana, declarada por la UNESCO Patrimonio Universal de la Humanidad y elaborada con maestría por el pizzaioli de la casa con ingredientes de alta calidad traídos directamente de Italia para asegurar su autenticidad, y técnicas tradicionales que parten de una masa de fermentación larga y alta hidratación, horneada a la leña. Además de pizzas, el establecimiento a cargo del chef Luigi Marcato ofrece platos típicos napolitanos como las ya reseñadas albóndigas en tomate, espaguetis y parmigiana de berenjenas, con un toque moderno. Croqueta de patata con provola ahumada, ñoquis de sorrentina, espaguetis al cartoccio de mar o los fettucines en salsa de anchoas completan la carta.