El atacante Yassir Zabiri, con un doblete a los 12 y 29 minutos de la final en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, ante 43.253 espectadores, fue la gran estrella del partido. El delantero de 20 años, que a su potencia física le suma regate y un gran olfato goleador, puso un broche de oro a un brillante torneo.
Zabiri fue importante con sus goles ante España y Brasil y junto a Gessime Yassine y Othmane Maamma fue una pieza clave para lograr la clasificación de los Leones del Atlas para la fase de eliminatorias. Pero incluso cuando no logró marcar influyó en su equipo. En octavos intentó una chilena que rebotó en un surcoreano y provocó un gol en propia puerta y en semifinales falló un penalti, pero el disparo le rebotó al portero y entró.
«Es uno de los jugadores que lucharon por venir. Hasta el último minuto los clubes no querían dejarlos ir», reconoció su entrenador Mohamed Ouahbi, que explicó que el futbolista del Famalicão portugués había sido amenazado con perder su puesto en el equipo, a lo que él respondió que volvería «campeón del mundo, máximo goleador y como primer delantero».
Nacido en febrero de 2005, Zabiri debutó profesionalmente en febrero de 2024. Con apenas unos partidos en primera división fue comprado por el Famalicão portugués, y aunque apenas disputó 80 minutos la temporada pasada anotó tres goles en las pocas oportunidades que tuvo.
Rival a tener en cuenta
Clasificado para el Mundial del próximo verano, en Estados Unidos, México y Canadá, Marruecos dispone de una destacada generación de futbolistas, liderada por el defensor de 26 años del París Saint-Germain Achraf Hakimi, que espera hacer historia de nuevo bajo la batuta del técnico Walid Regragui. Y Zabiri, y algunos compañeros como Maamma, elegido mejor del torneo sub-20, aspiran a sumarse a una selección que promete alegrías a sus paisanos.