Salió Alonso con un once repleto de novedades, pero eso no incluía a Mastantuono, obsesión del tolosarra. Quizás ha llegado el momento de abrir el melón de Franco. Titular indiscutible desde el primer día para Xabi, algo que Rodrygo y, tampoco, Vinicius lo fueron. La mili de Mastantuono fueron varios días de entrenamiento en Valdebebas y a jugar. Y la realidad es que dos meses después, sus números y su rendimiento no justifican la decisión. Antes de pasar por el altar hay que pedir la mano.
Ante el Getafe, otra vez de inicio por la derecha, Franco cayó en la trampa de ese otro fútbol que tan bien juega el Getafe. Rico, Iglesias y Arrambarri le buscaron las cosquillas en cada duelo, peleado el argentino en un uno contra todos que no iba a ninguna parte. Tuvo más resbalones que regates, y la única vez que logró superar rivales y acercarse a zona de peligro se chocó con Djené, que ayer sumó 300 partidos con el Getafe y que está para jugar otros 300. Soldado, general y capitán de la Bordaleta. Qué futbolista.
Como buen bocadillo de garbanzos que es una visita al Coliseum, justo además después de partidos de selecciones, al Madrid le tocó masticar hasta encontrar el sabor del premio. En la primera mitad, se jugó a lo que quisieron los azulones, que era la nada e intentar aprovechar uno de esos balones parados de los que saca petróleo, gas y oro. Milagroso lo que hace Bordalás temporada tras temporada con el equipo azulón.
La tuvo Mbappé en el minuto 8, en una carrera al espacio que acabó con un disparo con la izquierda despejado por Soria. Fue el primero de los tres únicos lanzamientos del Madrid entre palos del 1 al 45. Los otros dos llegaron en el 44 y el añadido. Rodrygo y un libre directo de Alaba. Seguro Soria en ambas acciones.
Volvió a ser titular Bellingham, tras su polémica inclusión en el once en el derbi. Tras dos semanas en Valdebebas sin la obligación de acudir al compromiso con su selección, tiene algo más de chispa Jude, pero está en las antípodas de lo que ha llegado a mostrar en el Madrid. La pregunta es cuándo se volverá a ver a ese Bellingham celestial y si lo hará con Güler a su lado, o no. Sentar al turco para hacerle hueco a Jude, no tiene defensa ninguna en estos momentos.
Los diez primeros de la segunda mitad, una oda a un patio de colegio, de los malos, obligaron a Xabi a dejarse de plan B y plan C, y tirar de Vinicius y Güler. Brasileño y turco son ahora mismo dos futbolistas con la flecha hacia arriba, y eso lo notó el equipo. Los sacó escalonadamente, y el partido viró hacia la portería de Soria, aunque sin ocasiones claras. Mucha llegada al área, pero eran escopetas sin balas. Justo las que tenía guardadas Munuera Montero.
El jiennense puso el partido boca arriba en el 80. Llevaba solo 45 segundos en el campo Nyom, cuando el camerunés se fue a la ducha. Roja directa por un manotazo, más zancadilla, sobre Vinicius cuando no había balón de por medio. Al límite de la expulsión, pero Munuera lo tenía claro y así se lo dijo a los capitanes, Valverde y Djené: «Es clarísima. La roja es clarísima».
La expulsión del lateral provocó la ira de Bordalás y la consecuente charla con el colegiado andaluz. Una roja a la que le siguió el gol de Mbappé, con Arda como asistente. La conexión de moda del Madrid lastimando a un Getafe que no había tenido tiempo ni de asimilar la expulsión. Décimo tanto en Liga del francés y decimoquinto de la temporada.
Con 0-1, solo diez minutos por delante, un jugador más y un Getafe enrabietado, llegó otra roja para los azulones. Esta vez para Sancris. Segunda amarilla por una patada a Vinicius. Incuestionable. Como que este Madrid es Mbappé y diez más. Hasta en los días grises despeja las nubes el francés. El Madrid, líder al clásico
--