Itálica afronta una «visita secreta» y el examen de hasta 60 expertos en su camino a la declaración de Patrimonio Mundial

Al detalle, Juan Manuel Becerra García protagonizaba la tarde del pasado jueves una conferencia en Santiponce, en el marco de las jornadas culturales, divulgativas y lúdicas Itálica Despierta, promovidas por la Asociación de Amigos del Monasterio-Centuria Romana de Santiponce, para difundir el legado de la antigua Roma que atesora este municipio sevillano.

La ponencia de Juan Manuel Becerra, responsable de las exitosas candidaturas a la declaración de Patrimonio Mundial del conjunto arqueológico de la antigua ciudad califal de Medina Azahara (Córdoba) y de los dólmenes de Antequera (Málaga), espacios ambos gestionados directamente por la Junta de Andalucía, se centraba cómo no en la situación del expediente confeccionado por dicha administración, para que las ruinas de Itálica sean también reconocidas con el prestigioso sello patrimonial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco por sus siglas en inglés).

Ello, en un marco en el que el pasado 1 de octubre, la Consejería de Cultura de la Junta remitía ya a la Unesco el formulario con la candidatura, para que dicho organismo internacional realice una revisión inicial e incorpore sus aportaciones o sugerencias si así lo estima oportuno, al objeto de adaptar el documento si es necesario, antes de su presentación definitiva, que tiene el 1 de febrero de 2026 como fecha tope.

Y es que como es sabido, la idea es que la candidatura de Itálica sea abordada en la reunión anual de 2027 del Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco, como propuesta de España.

Juan Manuel Becerra, experto en la materia jubilado hace escasos días, repasaba en ese sentido el recorrido histórico de este proyecto, relanzado en 2017 por la Asociación Cívica del Sur (Civisur), en torno al papel de Itálica como referente de la arquitectura y el urbanismo en la etapa del emperador Adriano (entre los años 117 y 138 de nuestra era), con raíces familiares en dicha población y promotor de su ampliación urbanística, que corresponde con el conjunto arqueológico visitable hoy día.

Nuevo enfoque

Reconociendo el papel jugado por Civisur a cuenta del decidido impulso imprimido al proyecto, este ya ex responsable de la Junta de Andalucía, propietaria del enclave arqueológica y encargada de su gestión y conservación, recordaba cómo al «heredar» la Administración andaluza la iniciativa de manos de dicha entidad ciudadana, fue necesario «girar» el enfoque de la candidatura.

No sobra recordar, en ese sentido, que el informe técnico externo requerido en el marco de su tramitación nacional advertía de que muchos de los sitios romanos declarados Patrimonio Mundial ya habían incluido en sus candidaturas aspectos relacionados con el periodo de Adriano, además de que la «gran cantidad de sitios arqueológicos de índole romana dificultan hacer viable la apuesta».

Fue así cómo la propuesta fue replanteada, en torno al papel de Itálica como «cuidad ceremonial», o sea por tratarse de un enclave específicamente diseñado para la celebración de grandes fastos, cultos y actos públicos. Y es que su anfiteatro, recordémoslo, no sólo es el mayor edificio de su categoría de la Península Ibérica, sino que además sería el mayor construido nunca por Roma fuera de la Península Itálica y posiblemente el más grande proyectado en su momento a excepción del famoso e Coliseo o Anfiteatro Flavio.

Juan Manuel Becerra en su conferencia ABC

Al hilo, Juan Manuel Becerra destacaba las virtudes del conjunto arqueológico de Itálica en materia de recursos y conservación, aspecto recientemente ensombrecido por el incendio del pasado 8 de agosto con impacto en las praderas y masa forestal de su sector sur; y aseguraba que el yacimiento atesora el valor universal excepcional que requiere la Unesco para conceder su sello de Patrimonio Mundial, un marchamo de excelencia ceñido no sólo a los atributos históricos, sino también a aspectos como la gestión y la protección.

«Itálica cumple todos los requisitos. Tenemos ese valor excepcional, pero hay que convencer al resto del mundo», sintetizaba Juan Manuel Becerra, para a continuación señalar cómo el formulario o expediente de la candidatura está ya en manos de la Unesco para su «pre evaluación inicial o informal». Porque después de que en diciembre de este año dicho formulario sea entregado al Centro de Patrimonio Mundial para cosechar su «opinión», el 1 de febrero de 2026 concluirá el plazo para que España deposite el documento definitivo ante la Unesco.

A partir de ahí, según Juan Manuel Becerra, el «siguiente paso» en el camino de Itálica a la declaración de Patrimonio Mundial será el examen de la candidatura a manos del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos por sus siglas en inglés), una organización no gubernamental asociada a la Unesco y que asesora a la misma en materia de patrimonio.

In situ

Hasta «50 o 60» especialistas de Icomos pertenecientes a diferentes países tomarán parte en ese análisis en el plano documental, que será acompañado de una «visita secreta« de uno de ellos para conocer in situ las ruinas de Itálica. Esa visita, según Juan Manuel Becerra, será cursada previsiblemente entre junio y septiembre de 2026 y se prolongará durante tres días, para confeccionar el informe de Icomos sobre el yacimiento romano de Santiponce.

Una vez que Icomos celebre su reunión anual posiblemente en diciembre de 2026, según el cronograma desplegado por Juan Manuel Becerra en su conferencia, será en mayo de 2007 cuando sea hecho público el resultado de su informe sobre la candidatura de Itálica; pieza clave para el decisivo pronunciamiento del Comité Mundial de Patrimonio de la Unesco, a celebrar en julio de ese año.

El dictamen del Comité Mundial de Patrimonio, según este experto, puede arrojar hasta cuatro posibles escenarios, que son la inscripción de Itálica en la lista de la Unesco, su no inscripción con la imposibilidad de segundo intento, la petición de una ampliación de la documentación para su nueva revisión al año siguiente y, por último, la invitación a reformular la propuesta con la apertura de un «nuevo ciclo» para la misma.

Pero Juan Manuel Becerra García ve con optimismo este desafío: «Creo que estaremos en el primer caso», enfatizaba poco antes de finalizar su conferencia en Santiponce.