En los últimos meses, la ciudad ha visto nacer propuestas que miran al mundo sin perder sus raíces, un hervidero de restaurantes que van más allá de lo convencional y se atreven a revisar con soltura los recetarios internacionales y locales.
La Guía Michelin lo ha vuelto a constatar al destacar el talento de tres cocineros que están marcando el pulso de la nueva gastronomía malagueña: Claudine Paulson, Fran Rascado y Pablo Rutllant.
Clómada
En apenas unos meses, Clómada (Méndez Núñez, 12) se ha convertido en una de las aperturas más comentadas de Málaga. Su artífice, Claudine Paulson, nació en Ecuador, fue número uno del país en tenis profesional y recorrió el mundo antes de colgar la raqueta y cambiar la pista por los fogones. De esa vida itinerante nace la esencia del restaurante: una cocina que mezcla culturas, emociones y viajes.
El local, de estética elegante y detalles que evocan los globos aerostáticos —símbolo del propio logotipo—, propone una experiencia cosmopolita y emocional. Su carta combina elaboraciones de diferentes latitudes, con platos como el ceviche de pescado o la lubina crujiente que reflejan esa fusión de raíces y destinos.
Lo que dice la Guía Michelin sobre Clómada:
«¿Te apetece una experiencia viajera y de marcado acento femenino? Aquí puedes vivirla, pues la chef ecuatoriana Claudine Paulson, bien acompañada por un equipo que está formado íntegramente por mujeres, traslada a la mesa los diferentes sabores que ha ido conociendo por el mundo en su etapa como jugadora de tenis profesional (fue la tenista nº 1 de Ecuador), una carrera que compaginó con sus estudios de hostelería. Dentro de la propuesta, con numerosas influencias internacionales que nos hablan de esa etapa nómada, destacan platos como el Ceviche de pescado o la Lubina crujiente. ¡El logo y las llamativas lámparas juegan con el simbolismo de los globos aerostáticos!».
Alaparte
Alaparte (Plaza de Arriola, 1) abría sus puertas la pasada primavera en Málaga y desde su apertura está en boca de los aficionados a la buena mesa, y ahora la Guía Michelin confirma lo que muchos intuían. Su creador, Fran Rascado, ha construido un espacio íntimo, contemporáneo y con cocina vista que dialoga directamente con el comensal. Ubicado junto al Mercado de Atarazanas, su ubicación no es casual: aquí el producto local marca el ritmo.
La carta de Rascado alterna guiños a su infancia con técnicas actuales y un sutil mestizaje de sabores mediterráneos, galos y asiáticos. En ella destacan su particular ensaladilla rusa con yema en texturas, sus fideos Alaparte o su vieira curada con limón cascarúo, platos que definen una manera personal de entender el equilibrio entre sabor y técnica.
Lo que dice la Guía Michelin sobre Alaparte:
«Ubicado en pleno centro, a escasos pasos del Mercado Central de Atarazanas. Este bistró de ambiente contemporáneo, con la cocina vista tras la barra, está llevado por Fran Rascado, un joven chef que con el nombre del local busca rendir un pequeño homenaje a su abuelo y al oficio que tenía separando pescados de descarte. Ofrece una cocina moderna y variada, en base a productos de la huerta y de la lonja local, que incorpora tanto toques galos como asiáticos. ¿Un plato destacado? La equilibrada Vieira curada y limón cascarúo de Benamocarra, con salsa beurre blanc.»
Mi Niña Lola
En lo alto de La Coracha, con una de las vistas más impresionantes de la bahía de Málaga, Mi Niña Lola se ha consolidado como una de las terrazas más especiales de Andalucía. Su creador, Pablo Rutllant, conjuga en su cocina dos ideas que parecen opuestas pero se complementan: lo local y lo viajero.
Tras consolidar este restaurante, este septiembre abría su nuevo proyecto BRÉSC, ofrece una carta vibrante donde conviven ingredientes autóctonos y técnicas globales. Entre los platos más comentados están el Maizal del negro mar, los Puerros payoyos y el Mango citric, ejemplos de una cocina que no se conforma con lo típico y busca reinterpretar Málaga desde el Mediterráneo hacia el mundo.
Lo que dice la Guía Michelin sobre Mi Niña Lola:
«Destaca por su emplazamiento en las laderas de Gibralfaro, donde un día estuvo el barrio de La Coracha, y desde su terraza ofrece una de las mejores vistas tanto a la ciudad como al Mediterráneo. El chef al frente, Pablo Rutllant, defiende a través de pequeños platillos un concepto culinario que combina la cocina viajera y la local, porque dice que Málaga es una ciudad 'hecha de extranjería' que toma ideas culinarias de aquí y de allá. La carta, con platos como el Maizal del negro mar, los Puerros payoyos o el Mango citric, se ve apoyada por un menú degustación.»
Málaga, en plena ebullición
Estas tres nuevas menciones consolidan el excelente momento que atraviesa la restauración malagueña. En los últimos años, la ciudad ha demostrado que la calidad no solo está en sus grandes nombres con estrella, sino también en los proyectos jóvenes que arriesgan y sorprenden.
Con Clómada, Alaparte y Mi Niña Lola, la Guía Michelin vuelve a reconocer el talento y la diversidad de una ciudad que se ha convertido en uno de los destinos gastronómicos más estimulantes del país.