El plan de inmigración ha sido la prioridad de trabajo del Partido Popular desde hace meses. En Génova son conocedores de la importancia de estas medidas para captar nuevos votantes de todos los espectros políticos. En Europa esta tendencia ya acapara las agendas políticas y en España, tanto los populares como Vox, saben que es una de las bazas más importantes para las próximas elecciones programadas en 2027.
Y, por eso, el PP quiere forzar al resto de partidos políticos a posicionarse sobre su nuevo plan. Para ello, llevarán a debate las medidas que han adoptado como el visado por puntos, garantizar la determinación de edad de menores no acompañados, revisar el Ingreso Mínimo Vital para vincularlo al empleo, reforzar los medios de seguridad para prevenir la inmigración ilegal, o reformar la concesión de nacionalidad española para que sea un reconocimiento al compromiso con España.
La inmigración ha entrado de lleno en la estrategia del PP de la mano de Elma Ezcurra, la número tres del partido desde la reestructuración que Feijóo llevó a cabo en Génova. La popular ha sido la encargada de esta nueva postura en la formación que pretende plantar cara a Vox. La formación liderada por Santiago Abascal ha sabido dominar el discurso de la inmigración irregular desde su irrupción en la política nacional en 2018. Además, esta nueva estrategia es trasversal, los populares quieren también captar electores de izquierdas que estén descontentos con las medidas adoptadas por el Ejecutivo en esta materia.
Los grupos se enfrentarán al debate en unos días y tendrán que marcar posición. Vox, por ejemplo, ha acusado al PP de «copiar» sus propias medidas en este plan de inmigración. Los últimos conflictos entre los dos partidos han evidenciado sus diferencias. Su apoyo a la moción, en principio, no parece seguro. El PSOE, que ha tachado de «barbaridad» el nuevo ideario de Feijóo votará, presumiblemente, en contra de la moción.
La duda dela nacionalismo
Los partido nacionalistas también están posicionándose en esta materia. Junts ya intentó sacar adelante la propuesta para traspasar las competencias de inmigración a Cataluña, algo que fue tildado de «racista» por parte de ERC. El rápido crecimiento de Alianza Catalana y sus propuestas centradas en la inmigración irregular pueden provocar que los de Carles Puigdemont aumenten dureza en las medidas para ponerle fin a lo que denominan un «desbordamiento» migratorio que ha provocado que «la supervivencia» de la identidad catalana no este «garantizada».
El PNV, por su parte, también ha solicitado las competencias para gestionar la inmigración en su comunidad. Imanol Pradales, lehendakari del Gobierno vasco, aumentó al dureza de su discurso al declarar que no permitirán que las familias vascas pierdan el derecho «de andar sin miedo por la calle». La inmigración, ya no hay duda, se ha convertido en una cuestión absolutamente clave para todos.